Wagner Valencia aporta velocidad y alegría en el 'Ídolo del Pueblo'

Wagner Valencia lleva cuatro goles en el torneo nacional. Foto: API

Wagner Valencia lleva cuatro goles en el torneo nacional. Foto: API

Wagner Valencia lleva cuatro goles en el torneo nacional. Foto: API

A un costado de la cancha del estadio Gonzalo Pozo Ripalda, Sebastián y Ashley -dos niños que no superan los 5 años- corretean mientras los pupilos del DT Luis Soler cumplen con la sesión de entrenamiento. Tratan de llamar la atención de su padre,  Wagner Valencia, mediapunta del equipo que este año lleva cuatro tantos en el torneo.

Esta escena se repite habitualmente en la cancha, donde esta noche (19:15) el Aucas recibe al Técnico Universitario.

La faceta de padre de Valencia es vital para su estabilidad. Cuando no está en los entrenamientos, pasa el tiempo con sus hijos. Ellos se han transformado en una motivación para su carrera. Sus cuatro goles y los dos triunfos con el cuadro oriental se los dedicó a ellos.

Pero no siempre estuvo vinculado al fútbol. Antes de vestirse de corto era mecánico automotriz. Se graduó en el colegio en su natal Esmeraldas y le dedicó varios años al atletismo colegial. 

Tenía 17 años y la situación económica no era buena. Corría el 2005 cuando se vinculó al Huracán, el equipo que fundó Iván Hurtado en la Segunda Categoría de Esmeraldas. En el club de su ciudad jugó 29 partidos. En esa época no era goleador. Apenas marcó cuatro goles antes de ser transferido a la Espol de Guayaquil.

Su pasión por el atletismo sigue vigente. Su velocidad hizo que se ganara el apodo de ‘Látigo’. Él se ha entendido bien con el delantero Edson Montaño y juntos son las principales armas ofensivas del equipo oriental en su regreso a la élite del fútbol.

Su carrera como futbolista no ha sido fácil. El año pasado tuvo problemas porque no le cancelaban sus salarios en Fuerza Amarilla.
Valencia se ríe cuando recuerda sus años en el Municipal Cañar de la Segunda Categoría. En el club de Santo Domingo recibió su primer sueldo como futbolista. Percibía cerca de USD 400.

En Gualaceo SC se dio a conocer. El 2015, en la Serie B, fue su mejor temporada. Anotó 19 goles en 38 partidos. Fue el año que más cotejos jugó. Eso le permitió regresar a Fuerza Amarilla, club donde ya militó en el 2011.
En el conjunto orense dispu­tó 47 juegos en dos temporadas. Además vivió de cerca la crisis institucional del club. También jugó su primer torneo internacional (Copa Sudamericana 2017).

También pasó por Emelec y afrontó años complicados. El esmeraldeño, ahora de 29 años, era juvenil y esperaba una oportunidad en el primer equipo. Compartía cancha con Énner Valencia y no tenía contrato. Fueron días duros en lo económico.

“Soy una persona optimista y un agradecido por la oportunidad de estar en un equipo tan querido como Aucas”, cuenta el jugador que no tuvo problemas para adaptarse al camerino del equipo.

Tiene algunos conocidos del fútbol como Federico Laurito y el golero Fernando Fernández, quienes fueron sus compañeros en el Fuerza Amarilla, o el ‘Pintor’ Byron Mina, con quien compartió las divisiones juveniles en el cuadro eléctrico.

Siente que dio un salto de calidad al llegar al Aucas, pues dice que hay una infraestructura adecuada para entrenarse y jugar y, además, cobra sus sueldos a tiempo.

“El año pasado todo el mundo nos vio vendiendo las entradas en el partido ante Emelec. Eso es algo que no tiene que pasar ningún jugador profesional”.

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