Darío Tempesta, director técnico de Sociedad Deportiva Aucas. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Darío Tempesta, DT del Aucas, ha tenido días ajetreados. Entre las prácticas del primer equipo y los partidos, ha sacado tiempo para dar entrevistas. Esta última rutina se incrementó con el ascenso a la Serie A, del fin de semana.
Ayer, el teléfono del estratega argentino no paraba de sonar. Las radios llamaban para entrevistarlo en vivo, mientras con los canales pactaba citas para los próximos días.
El cuerpo técnico dispuso que el equipo se entrene en la tarde de ayer. El objetivo era que sus pupilos descansen la mañana. Ahora que lograron el primer objetivo, el equipo necesita dosificar energías para dar pelea por el título al Técnico Universitario, que es primero en la tabla por gol diferencia.
La campaña de Aucas en este segundo semestre ha sido exitosa. Se alcanzó lo pactado por la dirigencia dos fechas antes de que culminase el torneo y ahora incluso pueden pelear por un cupo a la Copa Sudamericana. Algo que la plantilla se planteó después de que finalizó el juego del sábado ante el ‘Rodillo Rojo’.
“Me sorprendió el compromiso de los jugadores. Antes de los festejos, el equipo se abrazó en el centro del camerino, agradeció a Dios y luego se planteó como objetivo clasificar a la Sudamericana”, expresa Tempesta.
Desde que el entrenador argentino asumió el banquillo oriental el 3 de abril, ha mantenido, al menos, una reunión semanal con la dirigencia. Por eso estuvieron claros los objetivos de las dos partes.
La directiva quería el ascenso y consolidar el equipo para un proyecto deportivo con mayor repercusión a futuro.
El entrenador de 56 años dice que para un equipo recién ascendido no es prudente jugar un torneo internacional. Sin embargo, ese es el deseo actual de la dirigencia y de sus pupilos, por lo que trabajará para conseguirlo.
Para acceder a la Copa, Aucas debe terminar primero y medirse en diciembre con el octavo equipo de la Serie A.
¿Cuáles fueron las claves del éxito de este equipo? Aucas está en racha de 14 fechas sin perder. Para el argentino, esto es respuesta a la dedicación de su plantilla y equipo de trabajo.
Para Tempesta no fue fácil llegar al equipo. Se encontró con un grupo dividido. Su antecesor (Armando Osma) le heredó un equipo con los ánimos decaídos. Es que para entonces el club estaba en la parte baja de la tabla y no había respuestas deportivas.
“Cuando se va un entrenador es normal encontrar un grupo dividido y con malestar. El DT no se va de la noche a la mañana. Es un proceso que deja incertidumbre y que genera incomodidad. Para recomponerlo me respaldé en (Néicer) Reasco, (Michael Jackson) Quiñónez y (Gustavo) Figueroa. Ellos entendieron bien mi metodología de trabajo. El mérito es de la plantilla”, dice.
El técnico decidió hacer cambios en el grupo. Se fueron el delantero Franco Calero y el zaguero Hans Vivero. Con el visto bueno de la dirigencia incorporó a Pablo Lima y a Luis Machado. Reconstruyó la defensa y la transformó en una sólida línea de tres.
La idea era que el equipo tuviera una nueva estructura e idea futbolística. Buscó que sus pupilos sean más equilibrados. Que sean contundentes en la recuperación del balón, pero que no pierdan esa ambición de atacar.
“Mi método es una idea de fútbol. Me gustan los equipos que recuperan y atacan. Eso lo fui adaptando al Aucas”, dijo.