“Deportivo Quito es lo más grande que pudo haber en mi vida. Estoy seguro que si volvería a jugar al fútbol lo haría únicamente en el Quito por todo lo que me brindó. Me abrió las puertas para ser un jugador profesional y fui capitán durante muchos años… Que la gente coree mi nombre y que espere un gol, lo recuerdo con mucha nostalgia. ‘Cu Cu Cubero’ era el grito de la Preferencia”.
Fabián Cubero defendió profesionalmente la camiseta azulgrana entre 1988 y 1997. Antes de eso también realizó las juveniles en el elenco de la Plaza del Teatro, equipo con el que pasó de las buenas y de las malas alcanzando dos vicecampeonatos y hasta evitando un descenso en 1995.
Sin embargo, el goleador histórico del club no tuvo un partido de homenaje. “Hasta el día de hoy no hubo una despedida. Mucha gente me ha pedido que la haga, pero he manifestado que si nacía de los directivos o de la afición bienvenido… me hubiera encantado… hay muchos jugadores que algo hicimos por el fútbol ecuatoriano y que no tuvimos un juego para despedirnos. Otro ejemplo es mi amigo, mi compañero y mi jefe en la Unidad de Deportes del Consejo Provincial ‘Chinto’ (Jacinto) Espinoza. Tampoco tuvo una despedida y fue un gran arquero. Así hay muchos casos”.
El exvolante del equipo de la Plaza del Teatro, quien ahora tiene 44 años, asegura que los aficionados deberán respaldar más que nunca en la Serie B.
Deportivo Quito, conjunto que cuenta con cinco títulos nacionales, perdió la categoría en el 2015 y buscará el ascenso esta temporada. Los directivos armaron un plantel joven que bajo las órdenes del DT Marcelo Fleitas buscará ese objetivo.
¿La ‘Academia’ en la Serie B?
“Es una etapa difícil, muy dura. Muchos dicen que Deportivo Quito, por solo tener su nombre, ya puede subir de categoría y no es así. La gente debe estar consciente que se viene un camino duro para la institución. Ahora debemos estar más unidos y los hinchas deben respaldar mucho más. No solo por la parte económica, sino por el apoyo que debe sentir el jugador para poder alcanzar los triunfos necesarios y volver a la serie de privilegio”.
Cubero jugó, junto con su hermano gemelo, desde los cinco años en el fútbol barrial. Se inició en el Club El Dorado, donde su hermano mayor y un primo eran los mentalizadores. “Éramos niños de escasos recursos”.
Pasó por el recordado Ciudad de Quito, donde fue campeón en un torneo internacional en Brasil, y luego se destacó en el Colegio Santiago de Guayaquil donde Carlos Sevilla fue su entrenador.
Más adelante, siendo todavía un niño, tomó una decisión trascendental con solo 12 años. “Con mi hermano y Mike Gutiérrez estuve entrenando una semana en Liga de Quito, pero la verdad no me gustó. Pero sobre todo, el profe Sevilla tuvo una charla con nosotros y el único que le hizo caso, de salir de Liga y vincularme a Deportivo Quito, fui yo. Son cosas del destino. Sevilla me moldeó en el colegio y quedamos dos veces campeones intercolegiales. Me llevó a las menores del Quito y eso me dio la pauta para crear en mí un liderazgo… debuté con 17 años”.
En septiembre de 1988 debutó profesionalmente con la camiseta número 43. Ingresó al cambio por Álex Aguinaga en un partido ante Aucas. “Tuve a gente de la talla de Carlos Enríquez, José Jacinto Vega, Gabriel Yépez, Adalberto Angulo, Alfredo Encalada, Bolívar Ruíz, ‘Columbo’ Mendoza, Nixon Carcelén, Robert Burbano, José Luis Pabón… era un equipazo con tremendas figuras que me acogieron desde la primera vez que ingresé al grupo. El pasar la ‘prueba’ en esos años era aguantar las patadas de la defensa del Quito (se ríe)”.
Una de sus grandes motivaciones para destacarse en el balompié fue ayudar a sus padres. Al analizar sus logros siente que lo consiguió.
Sus primeros goles llegaron en 1991, en una victoria ante Emelec en la que marcó dos veces. No logró ser campeón, lo que es su principal “espina” como futbolista, pero alcanzó dos vicecampeonatos (1988 y 1997) y recuerda temporadas memorables como la de 1994, con “otro equipazo” que no logró el título. En 1996 fue goleador entre los ecuatorianos con 22 tantos.
También se vistió con la camiseta tricolor, en dos eliminatorias mundialistas, y fue parte de ese recordado preolímpico de 1992, con figuras como Jacinto Espinoza, José Cevallos, Iván Hurtado, Máximo Tenorio, Ángel Fernández, Agustín Delgado, Eduardo Hurtado, entre otros.
“Si pudiera elegir, me inclino totalmente por el fútbol”, añadió el exvolante que con sus gambetas y sus goles levantaba a la preferencia del Atahualpa y que se retiró del profesionalismo en noviembre del 2004 con la camiseta del Técnico Universitario (también jugó en Espoli). En la actualidad es coordinador de las escuelas deportivas del Consejo Provincial de Pichincha, donde laboran varios exdeportistas.