Desde niño, Karl Egloff ya era un apasionado deportista. Su padre, quien era guía de alta montaña, lo llevaba a las montañas.
A sus 15 años, Karl empezó a ser guía, junto a su padre, en las elevaciones de Ecuador.
El fútbol también lo apasionó desde su infancia. Por eso inició su carrera en el balompié suizo y continuó con esta afición en el Deportivo Quito, en su adolescencia.
Después abandonó esta disciplina por una tendinitis en los abductores. Los doctores le recomendaron competir en otro deporte. Fue así como eligió el ciclismo, donde es considerado el mejor del país en la modalidad de cross country maratón.
A sus 27 años encontró un deporte que lo llevaría a lo más alto, el ciclismo de montaña. Egloff cuenta con 55 medallas de oro en la máxima categoría y dos mundiales seguidos (Italia-2011 y Francia-2012). Durante cinco años, el suizo-ecuatoriano practicó mountain bike. Después siguió su carrera y decidió incursionar en el montañismo, en esta disciplina también ostenta logros.
Egloff ascendió tres veces a la cumbre del Aconcagua. Además, subió al Alpamayo y es guía de alta montaña en el Cotopaxi, Chimborazo, Cayambe, Antisana.
En mayo del 2010 pudo descender junto al montañista ecuatoriano Nicolás Miranda, como primera expedición al interior del cráter del Cotopaxi.
Uno de los méritos de Egloff lo impuso, incluido con récord mundial al volcán Cotopaxi, con 1 hora 15 minutos de ascenso y 22 minutos de descenso. Esto fue en diciembre del 2012.
El 13 de agosto pasado, Egloff rompió tres récords mundiales en la categoría ascenso de velocidad en el Kilimanjaro en Tanzania, con un tiempo de 6 horas y 42 minutos, superando por 32 minutos al récord anterior en la montaña. En ese sitio se aclimató por cuatro semanas.
El suizo-ecuatoriano antes de dedicarse a subir montañas leyó el libro ‘Correr o Morir’, escrito por el español Kilian Jornet. En este libro, Egloff encontró una guía para poder romper el récord.
El siguiente proyecto será romper la marca mundial de velocidad del Aconcagua, una de las cumbres más altas del continente. También ser el primer latinoamericano en cruzar la Antártida.