Entrenamiento de la atleta Keniata Margaret Totoitich, previo a la carrera atletica Quito Ultimas Noticias 15K. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Margaret Karie Toroitich se encuentra a 13 000 kilómetros de distancia de su ciudad natal Eldoret. Vive en Quito desde hace 13 meses, una ciudad a la que se vino para mejorar su calidad de vida y proveer de dinero a sus 10 familiares.
La keniata, de 36 años, de piel tostada y que lleva unas trenzas afro tinturadas de rojo, se vino con su compatriota y mánager Boaz Kiplangai Korir. Él también corre, pero por ahora está enfocado a llevar al podio de la Quito-Últimas 15K a la resistente atleta africana.
En Eldoret, a 2 095 metros sobre el nivel del mar, el atletismo es algo natural. Los niños corren para dirigirse a las escuelas y para retornar a su hogar. Se entrenan desde chicos y, los más talentosos, van a mundiales y a Juegos Olímpicos. En Río 2016, los keniatas dominaron las pruebas de fondo y semifondo y lograron 13 medallas, seis fueron de oro.
Margaret se dirigía a la escuela al trote, en la niñez. A los
16 años quedó embarazada. Empezó a buscar sustento para su familia y se metió a fondo al atletismo. El deporte la llevó a India, China, Estados Unidos, México, Brasil,
Buenos Aires, Colombia, Panamá… y Quito.
A la capital ecuatoriana llegó en agosto de 2015 y le tomó gusto a la convivencia. Le agradó el trato de la gente y sobre todo los 2 850 metros sobre el nivel del mar que le permiten mejorar su rendimiento y trasladarse a otros países para competir. “La gente acá es buena y no hay peligro”, dice la africana y muestra su amplia sonrisa.
Le tiene sin cuidado mostrar un diente incisivo que perdió hace algunos años. Margaret entiende el español, pero prefiere hablar en inglés para explicar mejor sus pensamientos.
Su lengua natal es el kalenjin, cuyo nombre es de un pueblo donde se forjaron atletas y maratonistas como Kip Kenio, Henry Rono, Wilson Kipketer, Wilfred Bungei y
Pamela Jelima.
Ella no es la excepción. El año pasado ganó la Maratón de Quito. También se impuso en la carrera Diario Expreso (donde es bicampeona) y recientemente ganó la Ruta de las Iglesias. Ahora, su gran desafío es trepar al podio de la 15K. Su ilusión está latente y sus proyecciones son buenas.
Boas dice que a escala local, Margaret ya le ganó a Diana Landi. También ve con optimismo la carrera porque esta vez no competirá la peruana Inés Melchor. Eso sí, estarán las keniatas Grace Nganga Woanboai y Fanci Jerop, quien también se prepara en la capital.
Pero la atleta, de 36 años, se siente segura. Dice que para ella el atletismo es una pasión y, al fin y al cabo, su sustento económico. Por ello, quiere ganar. Y sueña con que algún día su hija Phylis, de 20 años, se venga a Quito. A ella es a la que más extraña de sus 10 familiares a quien envía dinero. Cuando habla de su hija evidencia nostalgia.
Por ahora, no tiene fecha de retorno a su país. Solo piensa en ganar más competencias y, quien sabe, en el futuro quizás podría reunirse con su heredera y con sus familiares.
Para aprovechar su estadía en Quito, Margaret y Boas estudian español tres días a la semana, durante tres horas, por las tardes. Su empresa auspiciante le costea los estudios y le entrega indumentaria. Por las mañanas se ejercita dos horas en parques de Quito. Lo mismo hace en las tardes. Por estos días, en su habitación, en el sector de El Ejido, piensa en ganar la 15K, en Kenia y, por supuesto, en Phylips.