Los millonarios contratos de las copas, el origen del FIFAgate

Los derechos de TV y comercialización de las copas América, Libertadores y Sudamericana motivaron la investigación. Foto: AFP

Los derechos de TV y comercialización de las copas América, Libertadores y Sudamericana motivaron la investigación. Foto: AFP

Los derechos de TV y comercialización de las copas América, Libertadores y Sudamericana motivaron la investigación. Foto: AFP

En las negociaciones de los millonarios contratos por la televisación de partidos de copas América y Libertadores están los orígenes de la supuesta trama de corrupción -denunciada por el Departamento de Justicia del este de Nueva York- en la que están implicados exdirectivos de la Conmebol, entre ellos Luis Chiriboga, suspendido como presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Así lo revelan los dos informes del FIFAgate, el mayor escándalo del fútbol mundial.

Ambos informes fueron elaborados por agentes estadounidenses asignados a las investigaciones del FIFAgate. El primero, de 161 páginas, salió a la luz el 27 de mayo cuando siete dirigentes fueron apresados en Suiza. El segundo, de 267 páginas, se conoció la última semana cuando Loretta Lynch, fiscal de los EE.UU., volvió a dar otro golpe al responsabilizar a 16 directivos de “abuso continuo para su enriquecimiento ilícito”.

En el segundo documento se menciona 17 veces a Chiriboga, además investigado por la Fiscalía de Ecuador por un presunto caso de lavado de activos.

Al titular de la Ecuafútbol se lo implicó por primera vez en el 2009 cuando era conocido como parte del ‘grupo de los seis’ directivos que habrían exigido coimas a la empresa T&T (del argentino Alejandro Burzaco), según el Departamento de Justicia de EE.UU. Inconformes con su escaso poder de decisión para controlar los derechos comerciales de la Conmebol, Chiriboga y otros cinco exdirectivos (Juan Napout, Rafael Esquivel, Luis Bedoya, Manuel Burga y Carlos Chávez) habrían pedido “pagos anuales de seis cifras” a cambio de su apoyo a T&T como titular de los derechos de transmisión de la Copa Libertadores. La investigación no precisa los montos, pero asegura que Burzaco aceptó pagar estas supuestas coimas desde el 2010 a los seis acusados.

En esa misma época, la Conmebol recibió ofertas de Global Sports, del empresario Paco Casal, que propuso pagar USD 805 millones para transmitir la Libertadores, Sudamericana y ofrecía la creación de la Copa Campeones de la Libertadores, entre el 2015 y 2020. Sin embargo, el organismo rechazó la propuesta y aceptó la de T&T, que ofreció USD 381 millones.

Por este motivo, la Mutual de Futbolistas de Uruguay demandó a la Conmebol en Montevideo. En una parte del juicio dice que “la Conmebol pierde USD 433 millones en seis años”.

Los dirigentes de clubes de Sudamérica realizaron una evaluación de los contratos de la Conmebol en una reunión de septiembre del 2013 a la que acudió Diego Castro, de Liga de Quito. Ahí, analizaron la gestión económica del organismo entre el 2010 y 2013 y concluyeron que la oferta de Global Sports era superior.

En el informe de esa reunión, al que tuvo acceso este Diario, se detalla que la Conmebol manejó USD 188 millones por contratos de Libertadores y USD 77,5 millones por Sudamericana, entre el 2010 y el 2013.

Otra implicación de Chiriboga en el informe de la justicia estadounidense tiene que ver con la adjudicación de derechos televisivos por las copas América. Según el reporte, la empresa (que agrupaba a Torneos y Competencias, Full Play y Traffic) pactó pagos a directivos de la Conmebol por supuestas coimas que ascienden a USD 110 millones. Esto por adjudicarse los derechos comerciales de las copas América 2015, 2019 y 2023 y la del Centenario 2016. Este convenio se firmó el 25 de mayo del 2013. Los sobornos estaban supuestamente destinados a cada uno de los presidentes de las asociaciones de la Conmebol.

De acuerdo con esta investigación, Chiriboga debía recibir USD 1,5 millones a la firma del contrato y al menos una cifra similar por cada torneo, incluida la Copa América de Chile.

Este pacto surgió luego de la disputa comercial y legal entre Traffic, Full Play y Torneos y Competencias, que derivó en el acuerdo para conformar Datisa. Con esta la Conmebol firmó un contrato el 25 de mayo del 2013, que se amplió a USD 352 millones con la adhesión de la Concacaf para la organización de la Copa América Centenario 2016, en EE.UU.

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