Victor Guamán llegó a Independiente por pedido de Carlos Sevilla. Desde hace tres años trabaja con las formativas en temas de sexualidad, salud y autoestima. Brinda charlas grupales todas las semanas. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Carlos Andrango acudió por primera vez al Complejo de El Nacional en febrero y se dio cuenta de que los jugadores estaban preocupados por dos derrotas seguidas en el torneo. El psicólogo pidió, entonces, permiso al técnico Octavio Zambrano para realizar un diagnóstico del grupo.
Andrango recibió el visto bueno y desde entonces se convirtió en colaborador del club. Él no forma parte de la nómina y no cobra por su trabajo.
El profesional se animó a brindar sus servicios tras escuchar a Zambrano, quien dijo que necesitaba un psicológo, en una entrevista. Por ello, consiguió el teléfono del estratega para acordar la visita al complejo deportivo.
Ahora, él es un hombre de confianza del estratega guayaquileño. Acude, al menos, una vez al mes a las concentraciones del equipo. Ahí, realiza sesiones individuales y grupales con los jugadores antes de los partidos del Campeonato.
Su última visita al Complejo fue hace una semana, antes del juego de los criollos frente al Mushuc Runa. Andrango realizó una sesión de trabajo breve. Después, los rojos ganaron 3-0.
Él es uno de los tres psicólogos que brindan sus servicios en clubes de la Serie A. Independiente del Valle cuenta con Víctor Guamán, mientras que Liga de Quito trabaja con Fernando Aguinaga.
Los otros nueve equipos no cuentan con estos especialistas. Algunos DT estiman que ellos deben tener, por su cuenta, conocimientos sobre psicología para su trabajo.
Guamán y Andrango sí laboran permanentemente en sus clubes y su principal labor es ayudar a los jugadores de las formativas. El primero está en Independiente desde hace tres años, mientras que Aguinaga lleva cinco años en LDU (Q).
Estos especialistas tienen experiencia en psicología aplicada al fútbol. Andrango, por ejemplo, trabajó con la entrenadora Vanessa Arauz en la Selección femenina de Ecuador y con las selecciones Sub 20 de Sixto Vizuete y de Julio César Rosero. Ahí dio charlas ocasionales a los futbolistas.
El profesional de 59 años es representante de Ecuador en la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Psicología de la actividad física y del Deporte (Solcpad).
En Liga, Aguinaga se preocupa por los 200 jugadores de las divisiones juveniles. El hermano menor del exfutbolista Álex Aguinaga no está vinculado directamente con el primer equipo. Sin embargo, conversa constantemente con el DT argentino Luis Zubeldía para hacer seguimiento psicológico a los ocho juveniles que se entrenan en Primera.
En su computadora registra la actitud de los jugadores antes, durante y después de un cotejo. En un programa digital, creado con Gustavo Flores, preparador de arqueros de la ‘U’, sintetiza la información. Luego, entrega un informe a los técnicos de las formativas.
En esta labor intenta ser cauto y no involucrarse demasiado con los experimentados. Zubeldía prefiere que estos temas se trabajen de forma aislada y con autogestión.
El DT argentino aseguró a este Diario que él aconseja la ayuda de este tipo de profesionales solo cuando uno de sus jugadores tiene un problema específico. “Trato que los jugadores acudan a un psicólogo cuando hay temas que requieren ayuda profesional. Por ejemplo cuando afrontan una lesión o cuando son padres a temprana edad”.
Guamán también se enfoca en los juveniles del equipo de Sangolquí. Eso sí, acude a los llamados de Pablo Repetto, técnico del plantel de Primera.
Guamán realiza charlas grupales con el primer equipo, pero por su consulta han pasado jugadores del club como Daniel Angulo, Jefferson Orejuela y Luis ‘Cunti’ Caicedo.
“No hace falta que las sesiones sean antes de un partido importante. Nuestro objetivo es potenciar sus habilidades deportivas con el trabajo psicológico”, dice el especialista, quien mantiene las puertas abiertas de su consultorio para cualquiera que lo necesite, en el Complejo del club.
Los tres psicólogos coinciden que su trabajo es diferente al de los motivadores. “Nuestro objetivo no es conseguir resultados ni ganar partidos. Trabajamos para ser el vínculo entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores”, asegura Andrango.
Para Aguinaga, los motivadores no siempre conocen la realidad de los futbolistas. “Ellos pueden levantar el ánimo del grupo, pero no siempre consiguen ese objetivo porque hay distintas realidades en el club”.
Barcelona, por ejemplo, solo acude a un psicólogo ocasionalmente. Luigi Macchiavello, relacionista público, sostiene que los jugadores no han necesitado profesionales de este tipo.