El manejo defensivo

Un fallecido, tres heridos (uno de ellos de consideración) y cuantiosos daños materiales fueron el resultado de cuatro accidentes de tránsito ocurridos entre el viernes 10 y el lunes 13 de julio en diferentes sectores de Quito. Y aunque sus orígenes fueron muy distintos, todos pudieron evitarse si los involucrados hubieran tenido mínimas precauciones y mayor conciencia de los peligros de una determinada acción.

Es que detener un vehículo en lugares adecuados, fijarse antes de cruzar una bocacalle o realizar adecuadamente la maniobra de adelantamiento de un vehículo más lento en la teoría parecen tareas sencillas, pero en la práctica no lo son tanto cuando de por medio están la impericia de algunos conductores o al descuido de otros usuarios viales.

Es ahí cuando el manejo defensivo, que no es otra cosa que anticiparse a potenciales situaciones de riesgo para neutralizarlas o minimizarlas, se convierte en la herramienta más eficaz para prevenir desgracias. Pero la adopción del concepto implica un cambio de actitud y una disposición de todos los ciudadanos de no salir a las calles a correr riesgos innecesarios. La valoración de la propia integridad sin duda ayuda a cuidar también la de los demás.

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