Andrés Nevares (con lentes), de 11 años, terminó quinto en los Juegos Nacionales de Menores realizados en Cuenca. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO
Andrés Nevares Castro tiene 11 años y registra 18 operaciones. Ha ingresado al quirófano para corregir sus manos, hombros, cadera, rodillas y pies. Él nació con una enfermedad llamada artrogriposis, que afectó sus articulaciones.
Usa silla de ruedas y practica el ajedrez desde hace dos años y tres meses. El mes pasado representó a Chimborazo en los Juegos Nacionales de Menores, realizados en Cuenca. No se subió al podio, pero luchó en cada partida y terminó quinto en el segundo tablero.
Nevares se ilusiona cuando habla de su deporte favorito. “Me gusta el ajedrez porque cuando juego me siento como cualquier persona que puede caminar, en el tablero soy como los demás”. En la capital azuaya fue el único ajedrecista con discapacidad física.
Él demostró a los seleccionados de las restantes provincias que se puede superar cualquier obstáculo. Está consciente que los rivales son complicados, pero no invencibles. “Quiero ser un ejemplo para los demás. Soy una persona positiva y alegre”.
Su madre, Paola Castro, se siente orgullosa. Ella anhela verlo triunfar en el ajedrez, aunque independiente de cualquier resultado deportivo, “él ya es un ganador, es la alegría de la casa”.
Castro y su esposo Patricio Nevares gestionaron para que su hijo siga los tratamientos necesarios que le permitan un mejor estilo de vida. Se contactaron con una organización alemana, que financia el proceso de recuperación con cirugías, aparatos ortopédicos, silla de ruedas…
La contraparte de la familia Nevares Castro es la compra de los pasajes aéreos a Aschau im Chiemgau (al sur de Múnich), en donde Andrés se opera cada año. Dependiendo de la cirugía, madre e hijo suelen quedarse hasta tres meses en esa ciudad. Durante ese tiempo residen en el hospital.
La última intervención quirúrgica fue en septiembre pasado. En julio del 2018 viajarán por noveno año seguido a Aschau, en donde ingresará al quirófano para corregir la diferencia que existe entre una y otra pierna. Su primera operación fue a los 11 meses, por una luxación de su cadera.
Siempre viaja acompañado de su madre, puesto que su progenitor, de profesión ingeniero de sistemas, trabaja en la Secretaría de Gestión de Riesgos de Chimborazo. Además, se hace cargo de su hijo menor Omar, de 10 años, quien también practica el ajedrez.
Castro agradece a la Fundación Manuela Espejo que entregó para su hijo una silla de ruedas y una cama. El ajedrecista está en permanente fisioterapia ocupacional. Su madre explicó que, “si no se mantiene en movimiento sus articulaciones se atrofian”.
Según Eliu Alvarado, entrenador de los ajedrecistas de Chimborazo, Andrés ha representado a la provincia en tres torneos nacionales, con deportistas convencionales, y su mejor posición es el cuarto puesto en la categoría Sub 12.
“Tiene talento y buena concentración”. Le falta mejorar la finalización del juego.
El estratega está consciente que el nivel de su dirigido sería mejor si se entrenara de manera continua. No lo puede hacer por sus viajes al exterior. A Cuenca, por ejemplo, llegó con pocos días de prácticas puesto que priorizó sus estudios tras retornar de Alemania.
Alvarado pide apoyo al Ministerio del Deporte para que Nevares pueda participar en el Mundial Paralímpico de Ajedrez del 2018. El técnico recordó que Andrés, en sus primeras competencias, no podía mover sus manos. “Él cantaba la jugada y su hermano menor le movía las piezas”.
Ahora no necesita ayuda.Con las 18 cirugías, Andrés tiene mejor movimiento de sus extremidades e incluso ya camina unos cinco pasos.