Kubick II es un proyecto del Arq. Pedro Ordóñez. Fotos: cortesía Secretaría de Territorio del DMMQ y Julio Estrella / EL COMERCIO
Es el premio anual más antiguo que tiene la capital del Ecuador, pues su primera edición se remonta a 1913.
Se trata del Premio Ornato de Quito, un galardón creado para valorizar los aportes arquitectónicos y urbanísticos realizados en beneficio del desarrollo de la ciudad.
Por más de 100 años, la obtención de este galardón fue sinónimo de valía, prestigio y consideración. El bien premiado pasaba a ser un referente urbano y los diseñadores ganadores veían crecer sus bonos y su prestigio de forma considerable.
Lastimosamente, explica Viviana Figueroa, curadora de la presente edición, varias razones conspiraron con este reconocimiento hasta volverlo una banalidad. De hecho, el premio fue declarado desierto por cinco años (2008 al 2013).
La intención actual del Municipio capitalino es reverdecer esta distinción y darle la dimensión que se merece, explica Jacobo Herdoíza, secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda del DMMQ.
Silja es un diseño de Rafael Vélez Calisto y su equipo.
Así también lo han entendido los arquitectos y urbanistas del Distrito Metropolitano, que enviaron 18 proyectos para ser evaluados por los jueces de la edición 2017.
Este jurado estuvo conformado por los arquitectos Fernando Núñez Pallares, Sebastián Ordóñez, Patricio Endara, Juan Carlos Villagómez, delegado del Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central, y la curadora Viviana Figueroa.
Hubo seis categorías habilitadas. En las tres primeras: nuevas edificaciones destinadas a vivienda unifamiliar, edificaciones destinadas a vivienda multifamiliar y edificaciones destinadas a usos diferentes a vivienda, la participación fue masiva: 16 proyectos.
En las otras tres categorías: edificaciones destinadas a equipamiento público o privado, intervenciones en edificios ubicados en zonas protegidas y obras urbanísticas, la participación fue mínima: dos ponencias. Es más, en la última categoría no participó nadie.
Luego de las deliberaciones respectivas, el jurado otorgó dos menciones de honor y un Premio Ornato.
La Casa de la Quebrada pertenece a Diez + Muller Arqs.
Las menciones recayeron en la Casa de la Quebrada, del estudio Diez + Muller Arquitectos (vivienda unifamiliar) y en el Edificio Silja, de RVC Arquitectos (vivienda multifamiliar).
El Premio Ornato fue para el Edificio Kubick II, diseñado por el Arq. Pedro Ordóñez y que participó en la categoría de vivienda multifamiliar.
El Kubick II es un edificio sostenible y sustentable ubicado en Lomas de Monteserrín, entre las calles Gonzalo Endara Crow y Alberto Coloma.
El jurado justificó el galardón para Kubick II por su correcto emplazamiento, su volumen puro, la funcionalidad interior-exterior, las terrazas ajardinadas comunales y privadas, entre otros argumentos.
Del edificio Silja valorizó su correcto diseño arquitectónico que permite las vistas de la ciudad y el valle de Tumbaco.
La Casa de la quebrada cautivó al jurado por la óptima aplicación de los materiales y su relación con el entorno.