Las compañías telefónicas de servicio celular Claro y Movistar han repartido anualmente, entre su personal, el 15% de sus utilidades, de conformidad con lo dispuesto por la ley que rige este beneficio.
Muchos de los trabajadores de estas compañías han comprometido de antemano estas utilidades para financiar principalmente la adquisición o remodelación de viviendas, compra de un vehículo, etc.
El monto recibido por este concepto ha sido en realidad muy apreciable y posiblemente sobre el término medio de lo repartido por otras empresas, por lo que injustamente se ha querido dar este personal, el denominativo de “empleados privilegiados”.
Esta denominación no es correcta, ya que están recibiendo el mismo 15% como reciben los empleados en cualquier otra empresa. Ahora, que la rentabilidad de estas dos compañías sea muy alta y que las utilidades que reparten sean muy considerables, no es razón para que se les denomine como empleados privilegiados.