En nombre de una gran mayorÃa de ecuatorianos reciba usted una disculpa de uno de aquellos equivocados.
Pero asà como a usted nuestros indÃgenas medicinales le han realizado una limpia, nosotros también estamos próximos a hacernos una gran limpia pero para todo nuestro paÃs.
Ahà usted podrá volver, la trataremos no a correazos ni a golpes, pues asà nadie nunca nos han tratado en Francia ni en Brasil pero sà con la cordialidad ecuatoriana de siempre. Usted podrá formalizar su relación con el dichoso del Carlos, vivir para siempre -de asà desear- en nuestro paÃs, en un paÃs para vivir, no del vivo buen vivir, con visa permanente, estará por siempre bienvenida.
Como usted bien sabe cuÃdate del cuentero, de aquel que nunca sembró un árbol y que jamás cosechará un fruto. Gracias Manuelita.