Revisando noticias del Ecuador en vuestro periódico el día de hoy, encuentro: “Una charla para acercarse al Pensamiento de Bolívar Echeverría” en la que invitan comentarios sobre este filósofo ecuatoriano.
Tuve el agrado de ser compañero de escuela de Bolívar Echeverría, en el colegio La Salle de Quito; en efecto, nos sentamos juntos en la misma banca cuando cursamos el sexto grado de escuela el año escolar de octubre 1952 a julio 1953 y nuestro profesor fue el hermano Ignacio.
Bolívar era en ese entonces un muchacho simpático, bien parecido, bastante alto en comparación a los otros compañeros, callado y disciplinado, usaba anteojos negros gruesos y grandes, razón por la cual le apodamos “el tuerto Echeverría,” apodo que le incomodaba pero lo aceptaba.
Bolívar era bastante ágil, corría rápidamente, gustaba jugar “a los cachacos” en los recreos de la escuela.
No conozco en qué colegio hizo sus estudios secundarios, nunca lo volví a ver.
Durante una visita que hice a Berlín, alguien me comentó que había un profesor de origen ecuatoriano, Bolívar Echeverría, nombre que trajo a mi memoria este antiguo compañero de mi infancia en Quito, Ecuador.
Como me hubiese deleitado asistir a esta charla sobre Bolívar, pero estoy a miles de kilómetros de distancia en California, Estados Unidos.
Si alguna persona desea contactarme puede hacerlo, yo gustosamente les comentaré todo lo que recuerdo de Bolívar Echeverría, mi compañero de escuela.