Los juegos son eso y nada más, unas veces se gana, otras se pierde, igual pasa con el partido de pelota en el barrio o los partidos de la Selección que dice representar al país. Lo que es imperdonable es que estos jugadores no tengan coraje, peor valentía frente al rival, la Selección se vio tímida, yo diría cobarde frente a los rivales. ¿Será que la moda en el atuendo y la pinta, los pelos artísticos o la comodidad de sus jugosos ingresos les hace débiles como representantes del país?
La verdad duele, pero lo que se pudo ver es que los dos nacionalizados fueron los únicos que parecían jugar con pundonor y agallas, el resto daba pena y vergüenza.
El maridaje de los negocios que se evidencia en la dirigencia deportiva de la FEF, la falta de renovación en sus filas y la facilidad del dinero a manos llenas nos ha llevado a tener un equipo que poco suda la camiseta, que poco le importa la afición del país y su divisa. Pésimo ejemplo para los jóvenes y pésimo referente nacional, nadie les pide triunfos, se les pide pundonor y corazón, se les pide valentía y coraje, no goles, estos vendrán cuando exista entrega.