Michel Wenzler. Periodista suizo
Para los turistas, La Mariscal, en el norte, es como un pueblo autárquico dentro la ciudad de Quito. La oferta de servicios es tan variada que los viajeros no necesitan salir de este barrio si no quieren.
Las recomendaciones
Los viajeros que quieren dormir en La Mariscal encuentran cerca de 2 000 camas. Todos los alojamientos son listados en www.quito.com.ec -> Explora -> La Mariscal.
Si quiere viajar a Galápagos o a la Amazonia, es recomendable comparar a los tours que ofrecen las agencias de viaje y no consultar a una sola agencia.
En el barrio hay varios sitios turísticos y de compras, como el Mercado Artesanal de La Mariscal (Washington y Juan León Mera), el Mercado Artesanal de El Ejido, el Museo del Banco Central (Patria y 6 de Diciembre).
En este sector, conocido por los quiteños como ‘la zona’ por sus bares, los extranjeros pueden organizar todo su itinerario por el Ecuador, devolver el equipo regresando de otro lugar turístico, o descansar en hoteles, hostales; comer en restaurantes y cafés.
Por ejemplo, en la avenida Amazonas, entre la Foch y la Jorge Washington, este Diario contó, 21 agencias de viajes, 24 restaurantes, cafés y bares, 10 café internet con cabinas telefónicas, seis bancos, cuatro casas de cambio, ocho tiendas fotográficas, cuatro farmacias y seis peluquerías.
Y en las calles transversales y paralelas hay mucho más: lavanderías (a veces codo con codo como en la Foch y la plaza El Quinde), buzones de los Correos del Ecuador, panaderías, escuelas de español para extranjeros, escuelas de baile, discotecas, librerías, tiendas de ropa o de deporte.
En total, la Empresa Metropolitana Quito Turismo contabiliza 125 pensiones, hoteles y hostales en toda La Mariscal. Este número muestra que el sector sigue siendo un imán turístico. Los 464 923 extranjeros que, según la Empresa Metropolitana, llegan a Quito cada año no solo visitan el Centro Histórico (donde se ubican 120 hospedajes diferentes), sino también La Mariscal.
Siete turistas interrogados por este Diario el martes pasado están contentos con los servicios que ofrece La Mariscal. Para Rebecca Hermle, turista alemana de 20 años, quien llegó a la ciudad el domingo pasado, a la zona no le falta nada. “Aquí encuentro las cosas que más necesito para subsistir: Internet, restaurantes, hoteles y lavanderías…”.
Estos cuatro servicios son los más básicos que requieren las turistas. Algunos extranjeros como Bob Betzen, de los Estados Unidos, no necesitan más. Para el profesor de 49 años, quien se matriculó para trabajar como voluntariado en una escuela, La Mariscal es un lugar para comprar recuerdos. Ocasionalmente toma un café en el barrio “porque aquí, el ambiente es amable y es fácil orientarse”.
En la zona casi todo está dispuesto para que sea comprendido por los extranjeros. Por eso, en la información turística de La Mariscal, en Cordero y Reina Victoria, pocas personas llegan con preguntas sobre facilidades del barrio. Según Daniela Villena, empleada de la oficina, “los turistas no necesitan ayuda para encontrar los servicios que buscan. La mayoría de la gente solicita otras informaciones, por ejemplo, cómo pueden ir a la terminal terrestre Quitumbe”.
Sin embargo, lo más difícil para los turistas es encontrar, muchas veces, servicios de buena calidad. Por ejemplo, Ashley Rawson, turista estadounidense de 23 años, dijo que en algunos café internet, la conexión es lenta. “Además, no todos ofrecen webcams para poder comunicarse visualmente”.
Y Jesse Richardson de Canadá dijo que es importante comparar los precios de los servicios. El turista de 25 años reservó un tour a Galápagos y notó que algunas agencias de viaje ofrecen los mismos tours a diferentes precios. Según él, le ofrecieron viajes de 5 días en un barco económico a precios entre USD 900 y 1300 (sin vuelo y entrada al parque).
Al canadiense, no le gusta viajar con agencias. “Pero La Mariscal parece ser la entrada principal a Galápagos y a la selva. Por un lado, es una ventaja, porque esto facilita el acceso a estas regiones. Pero, me parece, que en La Mariscal la gente aprovecha mucho de esto”. Richardson recordó que comparado con Perú, donde estuvo antes, todo es caro.
Otra opinión tiene Jennifer Feldt. “Viajé por Colombia y cuando llegué aquí, todo pareció barato”, dice la turista estadounidense de 33 años. A ella le gusta la variedad de comidas que encontró en La Mariscal. Cenó en un restaurante mongolés el lunes pasado. En la zona también hay opciones de restaurantes italianos, franceses, españoles, americanos, tailandeses, japoneses, chinos, cubanos, argentinos, mexicanos y -por supuesto- ecuatorianos.