‘No es esfuerzo físico, me anima el amor’

Guido Chiriboga Murillo, 56 años. Voluntario con discapacidad. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Guido Chiriboga Murillo, 56 años. Voluntario con discapacidad. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Guido Chiriboga Murillo, 56 años. Voluntario con discapacidad. Foto: Francisco Flores/ EL COMERCIO

Desde que supe del dolor de la tragedia de mis hermanos de Esmeraldas y Manabí me pareció que no debíamos quedarnos de brazos cruzados. Sentí la necesidad de ayudarlos, de buscar qué hacer. Me sentía impotente. Tengo una discapacidad en mis piernas, puedo pararme y caminar sin muletas, pero no puedo pasar mucho de pie.

Sabía que allá, alguien que no tuviera solvencia física es una dificultad y un problema. No podía colaborar en las labores de rescate ni en la remoción de escombros. Y empecé a buscar lugares de acopio para los damnificados, llamé a instituciones y a unos amigos. Hasta que conocí que el Municipio de Guayaquil estaba organizando las donaciones en el Centro de Convenciones para enviarlas a las familias afectadas.

Al inicio se sentían como apenados conmigo, pero ante la insistencia me dieron la oportunidad. Estoy desde el lunes a las 10:00, ese día no me fui a la casa, descansé media hora; y otro día una hora y media. Pero parece que ya me está cogiendo el cansancio, pero quiero seguir ayudando...

He pasado aquí, cargando cartones, ayudando a organizar los kits. Me anima el amor a mis hermanos, no es esfuerzo físico es el alma que me da fortaleza.

Actualmente me dedico al comercio, a vender desde mi casa o vía teléfono. Por mi discapacidad no he encontrado un trabajo estable. Pese a que hay una ley que establece una cuota de personas con discapacidad, no hay una oportunidad por mi condición y por mi edad creo. Desde hace 12 años tengo la discapacidad, pero voy a seguir aquí.

Suplementos digitales