En Pedernales se lanzaron globos para conmemorar a los fallecidos del terremoto del 16 de abril. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
La noche del 16 de mayo fue especial para Pedernales. No solo se cumplió un mes del sismo que sacudió la Costa sino que marcó un momento de unión para la ciudad.
A las 17:00 se realizó una misa para conmemorar a los fallecidos, presidida por el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Portoviejo, Eduardo Castillo. A la eucaristía, la gente acudió haciendo caso al llamado que se dio en radios: llevar puestos una camiseta blanca -o llevar alguna prenda de este color-. Este símbolo de duelo y recuperación se repitió a lo largo de la tarde con actividades que honraron a las víctimas.
Al finalizar la misa se lanzaron 16 globos blancos de helio “para mostrar la paz que debemos tener como sociedad”, dijo Marcelo Toala, director de desarrollo comunitario de Pedernales quien reconoce que la idea de lanzar los globos vino de la gente.
Así mismo llegada la noche se encendieron velas y se alumbró la noche con globos luminosos también conocidos como globos del deseo. Nuevamente 16 globos para recordar la fecha que cambió a Pedernales para siempre. Los globos salieron uno a uno por los aires, “para rendir honores por aquellos que fallecieron, pero también marcan un hito que representa el pasado, la esperanza y el retorno a la reconstrucción”, explica Toala, uno de los organizadores de este acto.
Joffre González, asistente al evento, lanzó uno de los globos aerostáticos porque lo vio como una forma de recordar “a las personas que están en el cielo que siempre voy a llevar en el corazón”, sus ojos se llamaban de lágrimas al pensar no sólo en familiares sino en amigos de la infancia con quienes recorrió la misma calle donde ahora dejaba ir un globo en su nombre.
El evento se llevó a cabo en la plaza central de Pedernales, frente a la iglesia de María Auxiliadora. Mientras el público aplaudía -cuando se elevaba cada globo- llego la hora cero, el mes exacto se cumplía a las 18:58 y desde el cielo estallaron juegos pirotécnicos que, recordando a quienes se fueron, esbozaban sonrisas en quienes se quedaron.