Mauricio Gallardo. Director Asamblea Permanente DD.HH.
Las sociedades tienen cambios mientras se desarrollan. El crecimiento de la población junto a la extensión geográfica dificulta el control de la seguridad en la misma.
La delincuencia se apodera de nuestras ciudades, porque no hay políticas públicas que garanticen la seguridad ciudadana.
La Policía Nacional como entidad principal de la Fuerza Pública debe crear un plan de seguridad ciudadana, que no sea general, sino que corresponda a los barrios según sus condiciones sociales. Esto permitirá la integración y la comprensión de la ciudadanía y de sus actores.
La interacción de estos sectores dará como resultado la creación de organizaciones civiles conformadas por los barrios.
Los encargados de colaborar con la seguridad no solo son los policías, sino las organizaciones que defienden los derechos humanos, las cuales también deben integrarse a los planes de seguridad.
La falta de coordinación hace que no haya espacios de opinión para contrarrestar la delincuencia; por tal motivo, la unión entre las autoridades y la ciudadanía es básica para eliminar la violencia.