Un movimiento inusual de policías alteró ayer la cotidianidad de la ciudadela La Pradera, en el noroeste de Manta. Los gendarmes llegaron en un bus y en cuatro camionetas doble cabina. Desde el lunes, los residentes del lugar están preocupados, pues primero una bomba destruyó la casa de Luis J. y al siguiente día dos sicarios los asesinaron a quemarropa.
En los exteriores de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de La Pradera, 60 policías de las unidades élite formaron a las 09:00.
Los vecinos tomaron con cautela la presencia de los grupos élite. Efraín M., un vendedor ambulante, los criticó. “Aquí esperan que se mate la gente, para que los agentes lleguen. Me pregunto si vienen a buscar a quién o quiénes. Los delincuentes ya no van a estar aquí, ayer mismo debieron haberse ido fuera de Manta”.
Los uniformados tenían una misión: iniciar lo que ellos denominan los “megaoperativos”. Los uniformados caminaban por los estrechos callejones y pocos moradores se atrevían a salir. Apenas los miraban por las ventanas.
Juan Z. estaba sorprendido. Él vive en otro lugar y se mostraba preocupado por el crimen de Luis J. “Cada que vengo a visitar a unos familiares me encuentro con noticias poco agradables. Han vuelto a matar”, decía.
En la calle principal donde está la casa destrozada ni los vendedores de frutas quieren circular.
Frente a la casa del Luis J. está un centro educativo. El conserje solo abre la puerta a personas conocidas o a los padres de familia. No permite que los niños salgan, pues hay temor por la violencia.
Hasta las 10:00 de ayer, nadie en La Pradera sabía dónde sería velado el cuerpo de Luis J. “Le tienen que realizar la autopsia, está en la morgue”, decían amigos.
El jefe del Comando de la Policía en Manta, Miguel Cisneros, dijo que las investigaciones se focalizan en datos que fueron proporcionados por los familiares de Luis J. “La gente habla sobre el resguardo policial a los afectados, que podemos hacerlo si no ubican la denuncia en la Fiscalía. Sin ese documento legal y la orden del fiscal no podemos hacer mayor cosa”, señaló el oficial.
El jefe policial dijo que hay varios sospechosos sobre la detonación de la bomba y el asesinato de Luis J. “Pueden tener relación con el crimen de Luis C., ocurrido el 7 de junio en el mismo sector”, dijo. Luis C. tenía orden de captura emitida por un juez de Manta.
“Para buscar pistas y tratar de dar con el paradero de los posibles asesinos se han iniciado estos megaoperativos, son disposiciones superiores”, refirió Cisneros.
En tanto, la persona que fue herida tras el asesinado a Luis J. aún se recupera y tiene protección.
Los familiares del fallecido pidieron a los periodistas respetar su dolor. “No podemos pronunciarnos sobre la muerte de Luis, pues estamos bajo amenaza de muerte”, señalaron.
Sobre la creatividad de los delincuentes, que el lunes utilizaron un explosivo para destruir dos casas y dejar maltrechas a dos más y luego regresar el martes al sitio de la detonación para concretar el asesinato, Cisneros dijo que se trataba de un artefacto explosivo improvisado. Las muestras que se obtuvieron de la casa de Luis J. fueron enviadas a Guayaquil para su respectivo análisis.
Cisneros señaló que el alto mando de la Policía está preocupado por los hechos que suceden en Manta, por eso el inicio de los llamados “megaoperativos”.
En Manta, Montecristi y Jaramijó, cantones ubicados a 10 y 15 minutos uno del otro, los pobladores están a la defensiva. “Ya no sabemos qué hacer, ni siquiera en la casa de uno se puede estar tranquilo”, dijo Carlos E., un comerciante que trabaja en Manta.
En medio de este temor, la Policía colombiana informó el martes que en esa ciudad se habrían reunido el supuesto narcotraficante colombiano Reinaldo B., alias ‘Rey’ y el ‘Güerito’, un miembro del cartel mexicano de Sinaloa. Las autoridades policiales de Manta prefirieron no comentar este hecho. Reinaldo B. fue detenido en Cali cuando se movilizaba en un auto blindado.
La vigilancia
El entierro de Luis J. es hoy. Los denominados megaoperativos que desarrollan las unidades élite de la Policía también se realizan en otros sectores denominados conflictivos de Manta.
Elementos de la Policía Judicial (PJ) investigan la muerte de Luis J. Los vecinos piden más seguridades y de forma permanente. Mas no únicamente cuando se presenten asesinatos.