La casa estaba ‘blindada’ con una puerta metálica y dos cerraduras, pero los desconocidos ingresaron sin forzar esas seguridades. Sebastián L. y su familia perdieron más de USD 5 000 en ese robo.
Los sospechosos se llevaron dos televisores plasma, un lote de joyas, tres relojes y una computadora portátil. 14 meses después, las víctimas todavía no recuperan sus bienes.
En el país, apenas el 5% de la población asegura sus propiedades (electrodomésticos, joyas, equipos tecnológicos) contra los delitos, revela Marcelo Torres, gerente de Mercadeo en Seguros Equinoccial.
El último reporte de la Superintendencia de Bancos, publicado en marzo, señala que los ecuatorianos invierten su dinero en seguros de vida, pólizas contra accidentes personales, incendios, protección de vehículos, seguros de asistencia médica, transporte, entre otros.
En el 2013, este sector representó el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) y concluyó el año con ingresos de USD
1 600 millones.
Pese a que es un rubro importante dentro de la economía nacional, Torres aclara que la tasa de penetración de seguros en el país no es alta si se compara con otras naciones. “El ecuatoriano invierte más en guardianía privada, cercas eléctricas, alarmas, cámaras de videovigilancia…”.
No obstante, estos mecanismos de seguridad únicamente tienen un efecto disuasivo ante la delincuencia. El seguro lo que hace es devolver a la víctima el monto de los bienes que perdió, dice el ejecutivo.
Tras el robo en marzo del 2013, Sebastián L. y su familia instalaron una alarma y colocaron láminas de seguridad en las ventanas de la casa. Gastaron alrededor de USD 700. “La idea es sentirnos tranquilos cuando dejamos la vivienda sola”, dice.
Pero hay familias que invierten más dinero. Andrés y su esposa, por ejemplo, contrataron una empresa de seguridad privada para que monitoreara cualquier evento sospechoso cuando no estuvieran en casa. Anualmente, la pareja destina USD 800 por ese servicio.
Su vivienda, que está en el sector de la Real Audiencia, en el norte de Quito, tiene dos puertas metálicas y rejas que cubren las ventanas.
Los habitantes que residen en conjuntos privados también se ‘blindan’ contra los delitos con guardianía privada, cercas eléctricas o alarmas.
En un conjunto residencial de Conocoto, los 25 propietarios pagan USD 75 para cubrir los USD 2 000 mensuales que cobra la empresa de seguridad privada por vigilar durante las 24 horas los inmuebles. La compañía, entre las cláusulas, se compromete a indemnizar a los dueños en caso de que comprobara negligencia de sus empleados tras un evento delictivo.
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En el Ecuador no existen cifras oficiales que revelen cuánto invierte la población en seguridad. En el 2012, Anderson Correa y Cristina Collaguazo, estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central, establecieron un monto promedio.
En la investigación que elaboraron para graduarse, los universitarios detallan que una persona gasta entre USD 10 y 3 000 en candados, alarmas, puertas de seguridad, cercas eléctricas e incluso en perros.
El promedio de inversión en estos mecanismos es de USD 300, de acuerdo con el estudio. Según Torres, asegurar una casa puede costar entre USD 400 y 1 500 al año. Todo depende de los electrodomésticos y otros objetos de valor que la familia quiera proteger. “Pensamos que nunca nos va a pasar y por eso no lo vemos como una necesidad, sino como un gasto”, reconoce el ejecutivo.
En el 2013, seis de los siete delitos de conmoción social se redujeron en el país, según el Ministerio del Interior. El informe de la Comisión de Estadística de Seguridad Integral refiere que el atraco a domicilios disminuyó un 0,3% comparando los meses de abril a diciembre del 2013 con el mismo período del 2012. En el último año se registraron 722 casos menos.
Los televisores, joyas, celulares y computadoras portátiles representan el 81% de los bienes que más se sustraen los asaltantes de los inmuebles.
Quito, Guayaquil, Cuenca y Santo Domingo son las ciudades del país más denuncias.
En una entrevista con este Diario, el general Lino Proaño, comandante del Distrito Metropolitano de Quito, reveló que, en algunos casos, se ha detectado que las denuncias de robo a casas son “ficticias” o los bienes que se declaran como perdidos no corresponden con lo que realmente los sospechosos se sustrajeron.
El oficial maneja una hipótesis para explicar eso: el interés de las víctimas por cobrar los seguros. “Hay almacenes que dan una garantía por un determinado tiempo, pero cuando está al límite de terminar la garantía se da la coincidencia del robo del electrodoméstico”, dice el oficial con base en las investigaciones.
El último reporte de la Superintendencia de Bancos señala que los ecuatorianos invierten, sobre todo, en seguros de vida, pólizas contra accidentes personales, incendios, protección de autos, etc. En seguridad, la población gasta en alarmas, cercas eléctricas o guardias