Salvador Quishpe se reunió con su hermano en Saraguro el martes 18 de agosto. Foto: EL COMERCIO
Franklin Quishpe abrazó por unos minutos a su hermano. Le transmitió, sin soltarlo, la solidaridad y el apoyo de su familia, que no ve desde que inició la movilización indígena, el 2 de agosto pasado. El abrazo fue antes del discurso que dio Quishpe en el centro de Saraguro ( en la provincia de Loja) la tarde del martes 18 de agosto, pasadas las 17:45.
La alegría y al mismo tiempo el temor de que algo malo le sucediera hizo que el hermano del dirigente dudara de soltarlo. Franklin Quishpe le dijo: “cuídate hermano, aun te queremos con nosotros”.
La gente a su alrededor contempló el momento. Aunque el tiempo fue corto para el dirigente, porque tenía que llegar a la reunión en la ciudad de Cuenca (Azuay) el mismo día, dedicó unos minutos para las palabras personales que les brindaron los amigos.
Además hubo personas que querían fotografiarse con el representante. Entre la multitud estuvo la indígena Delia Chalán. Ella quería abrasarlo pero no pudo porque el resto de la multitud se lo impidió. Chalán dijo que recuerda las imágenes que se emitieron en las noticias cuando los medios de comunicación presentaron a Quishpe con señales de maltrato.
Durante el recorrido por las calles de Saraguro hubo muestras de solidaridad. Al dirigente le entregaron una botella de jugo para su trayecto hasta la capital azuaya. Franklin Quishpe alzó su mano para despedir a su hermano a la distancia pasadas las 18:00 en el parque central. Aunque es un hombre de pocas palabras se mostró orgulloso de las actividades que realiza el Prefecto de Zamora Chinchipe.