Los 500 pescadores de Muisne y los 300 de Chamanga no han recuperado la producción, debido al robo de motores. Foto: Marcel Bonilla/EL COMERCIO
La reactivación económica es lenta en Muisne, luego del terremoto del 16 de abril del 2016. Sin embargo, a esa zona se han entregado USD 6,8 millones. Los recursos son de créditos de BanEcuador, asignados entre el 9 de mayo de 2016 y el 13 de julio de 2017.
Los problemas asociados con la inestabilidad política tras el cambio de dos alcaldes durante la fase del posterremoto, el bajo precio de la producción pesquera, los robos de los motores de pesca y la falta de turistas en las playas son algunos de los factores, que inciden en la falta de despunte de la economía, según los habitantes y autoridades.
En la isla y en la parte continental existen 80 negocios, como tiendas, abarrotes, almacenes de productos agrícolas y de pesca artesanal, que durante un año no han mejorado sus ventas como se esperaba.
Nixon Sosa tiene una tienda de abarrotes en la isla de Muisne. Antes del terremoto vendía hasta USD 750 diarios, un año después, las ventas llegan a USD 35 diarios, por la poca actividad en la isla.
Lo que más le preocupa a Sosa es el crédito de USD 20 000 que hizo a BanEcuador, por el que debe pagar letras de USD 520 al mes. Dice que as ventas no mejoran en el cantón, que tiene 28 000 habitantes.
Los emprendedores recibieron créditos para el mejoramiento de dos hoteles y cuatro restaurantes, que están en la playa de Muisne. Los lugares están listos, pero la falta de visitantes no permite reactivarse económicamente, explica Diana Espinoza, dueña de un restaurante en la playa.
“Yo recibí USD 2 500 para reactivarnos y recién hace dos meses se ve movimiento en la playa, por la construcción del puente peatonal que une la isla con el continente”, asegura.
Los problemas alcanzan a hoteleros de Mompiche, donde se dieron créditos individuales de hasta USD 20 000 para mejorar su infraestructura dañada o destruida.
Por ejemplo, Enma Camacho hizo un crédito de 20 000 para reactivar su hotel, pero la recuperación turística ha sido lenta en Mompiche.
Otro de los sectores que no experimenta una mejoría es el pesquero artesanal. Los pescadores de Muisne y Chamanga, las dos zonas más afectadas por el sismo, recibieron los préstamos, pero atraviesan por dificultades.
El robo de motores tres veces por mes y la poca producción pesquera afectan a los 800 hombres de mar de las dos zonas. Antes pescaban hasta 10 quintales de dorado en cuatro días de faena. En este momento solo traen 300 libras. Ellos mantienen deudas con BanEcuador, que entregó créditos desde USD 3 000.
El pescador Fabricio Padilla tiene un crédito de USD 3 000 y, debido a la poca producción pesquera, tiene dos letras atrasadas de USD 120. Aunque la libra de dorado ha subido de USD 2 a USD 4,50, dice no se puede pescar por la veda”.
La reactivación económica no se ha dado en Muisne por los problemas políticos que tiene el cantón, los cuales han impedido la articulación de acciones con otras instituciones, explica Líder Góngora, uno de los líderes sociales de Muisne.
Góngora asegura que en el cantón unas 3 000 familias viven de la pesca y la recolección de concha; de esta actividad, el 60% son mujeres dedicadas a la extracción de conchas.
Un grupo de mujeres concheras de los sectores La Florida y Santa Rosa de Muisne ha recibido créditos de entre USD 1 000 y USD 1 500, para comprar y comercializar la producción a buen precio.
Johana Caicedo, una de las concheras de Santa Rosa, dice que pese a recolectar hasta 200 conchas diarias, el precio no representa el trabajo, porque por cada ciento les pagan entre USD 7 y USD 8; hace un año recibían hasta 13. “En Chamanga ocurre algo similar”, dice Carlos Caicedo, de la Asociación de Recolectores de Concha de San José de Chamanga.
La Gerencia de Comunicación de BanEcuador en Esmeraldas detalla que al sector agropecuario se entregaron créditos con períodos de gracia, dependiendo del cultivo.
En esta área, la reactivación aún es más lenta, porque los cultivos tardan en producir, hasta más de tres años.
Gary Espinoza es parte del 79% de la población de Muisne que se asienta en la zona rural, donde ha ido a parar la mayoría de los créditos.
Él explica que la reactivación va a demorar, porque se requiere de mayor tiempo para producir, sobre todo el cacao.
Quienes recibieron los créditos han sembrado cacao nacional, que dará frutos en tres años, comenta. Los productores que ya tenían plantaciones de cacao tampoco han podido salir adelante, por el bajo costo del quintal. Por ejemplo, ahora les pagan entre USD 50 y 80 por el quintal, cuando antes del terremoto estaba en 110.
Segúnel INEC, la pobreza en Muisne alcanzaba el 98,3%, según el último censo de población y vivienda. En ese cantón escasean las fuentes de trabajo y en la isla y el Nuevo Muisne, donde se ubica el 31% de la población, gran parte de la economía se mueve con los sueldos de los empleados municipales.