El Teatro Variedades, ubicado en la Plaza del Teatro, en el Centro, será la sede para la presentación del libro ‘Tan cerca y tan lejos’, en honor a Cristóbal Ojeda Dávila, intérprete del Alma ecuatoriana, del escritor Alfonso Campos Romero.
A las 18:30 de mañana, se analizará el estudio de Juan Manuel Carrión, conocedor de la música popular ecuatoriana. Además, intervendrá el autor y se ofrecerá al público la oportunidad de escuchar la música de Cristóbal Ojeda Dávila, interpretada por varios artistas entre los cuales estarán Álex Alarcón, Daniela Guzmán, Jorge Cassis, el Trío Pambil y la Banda Municipal, interpretando algunas piezas en la misma plaza.
El libro, editado por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) recoge la investigación de Campos Romero, que se concretó en un libro con 290 páginas, incluye también un disco compacto con piezas del compositor.
El escritor Alfonso Campos Romero refleja en su libro titulado ‘Tan cerca y tan lejos’, la vida fugaz y melancólica de Ojeda Dávila. “Un compositor ecuatoriano que marcó la historia de un país y de su gente, no solo por su música, también por su inagotable fuego interno que siempre lo impulsó a luchar por la justicia y la equidad social”.
Nacido en Quito, el 26 de junio de 1906, Cristóbal Ojeda Dávila fue uno de los más insignes compositores de la música nacional.
Famoso entre la sociedad quiteña por su cálido carácter, fue un romántico innato que destinó su vida a la música y a plasmar en ella los dolores más punzantes del alma. Famoso entre la sociedad quiteña por su cálido carácter, Ojeda Dávila fue un romántico innato.
Desde muy temprana edad, al tiempo que realizaba sus primeros estudios en la Escuela de los Hermanos Cristianos del Cebollar, empezó a manifestar su fuerte vocación musical, por lo que sus padres, cuando cumplió los 11 años, lo inscribieron en Conservatorio Nacional de Música. Allí, al poco tiempo se destacó por su gran talento y dedicación al arte.
Entre sus composiciones musicales más notables se destacan los pasillos Alejándose y Ojos negros, con letras de Ángel Leónidas Araujo y el reconocido Alma Lojana, con letra de Emiliano Ortega Espinoza.
Ojeda Dávila fue víctima de una bala perdida disparada durante la Guerra de los Cuatro Días, el 31 de agosto de 1932.
Desde 1925, el pueblo ecuatoriano siente y ama las creaciones de uno de sus músicos predilectos. Primero, los intérpretes populares, sus amigos de barrio y las estudiantinas, luego las bandas militares y al final América Latina, que termina cautivada por la ternura y el romanticismo de sus pasillos.
A ese compositor se le rendirá un homenaje, mañana.