Quito tiene su propia cruz de Dozule

La cruz del papa Francisco se inauguró en el Bicentenario. Foto: Jenny Navarro / EL COMERCIO

La cruz del papa Francisco se inauguró en el Bicentenario. Foto: Jenny Navarro / EL COMERCIO

La cruz del papa Francisco en el Bicentenario. Foto: Jenny Navarro / EL COMERCIO

Al igual que hace 30 años se erigió una cruz para recordar la visita de Juan Pablo II en el parque La Carolina, en esta ocasión este símbolo se construyó en el parque Bicentenario; y en honor a la llegada del papa Francisco.

El anteproyecto, elaborado por el arquitecto y diseñador de interiores Mario Arias, de Área Design, fue presentado hace seis meses al Municipio de Quito y fue aprobado. El armado en sí duró 35 días. El sábado pasado concluyeron los trabajos justo en el lugar donde mañana, 7 de julio de 2015, tendrá lugar una misa oficiada por el Santo Padre.

Arias explica que el modelo está inspirado en la cruz de Dozule, Normandia (norte de Francia). En ese lugar, en 1972, Jesús se apareció a Madeleine Aumont y, a través de esa visión, pidió edificar la Cruz Gloriosa para preservar al mundo de la catástrofe total. En decenas de países católicos existen millares de copias.

Sin embargo, el creador detalla que este proyecto tiene conceptos particulares: los dos brazos que la sostienen representan el sacrificio de la humanidad ofrecido al cielo.

La estructura, de 18 metros está anclada por 15 cables de acero, 14 recuerdan las estaciones del vía crucis; el último, la resurrección de Jesucristo. Todo está dispuesto alrededor de una pileta en la que se pueden realizar bautizos. Y que, según Arias, simbolizan el nacimiento de la Religión Católica.

En este monumento de la ciudad, que costó USD 220 000, se emplearon diversos materiales como hormigón, aluminio, acero y vidrio. El color blanco con el que fue pintado es sinónimo de la pureza de la fe. Además, tiene iluminación nocturna "para bendecir simbólicamente a la ciudad", señala Arias.

El mentor de la cruz se mostró complacido -tanto emocional como profesionalmente- de haber aportado con este nuevo hito arquitectónico y espiritual para Quito. Es la primera vez que realiza un diseño religioso, aunque recordó que la Iglesia de Fátima fue una inspiración de su padre Mario, también arquitecto y diseñador de renombre.

Al mismo tiempo agradeció la colaboración del Ing. Juan Carlos Chávez y del Arq. Igor Muñoz, quienes estuvieron encargados de ejecutar la obra.

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