La presencia de vehículos pequeños, medianos y pesados genera congestión en la E35, entre Checa y Yaruquí. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Para llegar a Quito, los choferes que recorrían la Panamericana Norte deben tomar en cuenta las modificaciones que se realizaron en la circulación vehicular. Esto se decidió por el cierre del tramo Guayllabamba-Calderón que durará, aproximadamente, seis meses.
La medida establece la realización de desvíos según el tipo de automotores y el flujo vehicular que se presente. Para que el acceso a la urbe no genere grandes congestiones vehiculares, los agentes civiles de tránsito ejecutarán desvíos, contraflujos y controles desde el conector de Alpachaca.
Patricio Jaramillo, gerente de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), dijo que por la restricción en la Panamericana se modificarán los flujos vehiculares en el Distrito.
Las vías habilitadas para llegar a la ciudad son la Interoceánica, Collas y la E35. El tramo de la Panamericana Norte (Guayllabamba-Calderón) estará cerrado para estabilizar los taludes, reparar fisuras y ampliar la carretera de dos a cuatro carriles. Los trabajos estarán a cargo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), entidad estatal que decidió el cierre del tránsito.
Esta medida, según Jaramillo, modificará la movilidad en las vías del Distrito. Se estima, por ejemplo, que la carga vehicular en la vía Interoceánica aumentará en un 70%. Se pasará de
19 000 automotores por día a 32 300. Los trancones se registrarán a la altura de las parroquias El Quinche y Yaruquí. Ahí la carretera es más angosta. Tiene dos carriles. Por eso, la necesidad de realizar los operativos especiales, que estarán vigentes mientras duren los trabajos en la Pana Norte.
En la zona del conector de Alpachaca, los agentes civiles de tránsito redireccionarán a los conductores de vehículos livianos por la ruta Collas o por la Interoceánica, según la congestión que se presente en estos sitios. En ese momento, los conductores deberán acatar la decisión de la autoridad.
Cuando haya más afluencia de vehículos se implementarán contraflujos. En estos operativos estarán 160 uniformados.
Para los conductores de buses interparroquiales e interprovinciales también hay un plan. Darío Tapia, director de Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), explicó que las unidades que vienen de provincias se desviarán por la Collas para que puedan llegar a la terminal terrestre de Carcelén, en el norte.
Los conductores del transporte interparroquial usarán la misma ruta para, de ahí, ir por la avenida Simón Bolívar hacia la terminal de transferencia de la avenida Río Coca. El cambio del recorrido en estos buses no implicará un costo adicional. Los choferes deberán respetar las tarifas de los pasajes. La AMT hará controles.
Para los transportistas de carros pesados y extrapesados la medida es más extrema. Estos no podrán ingresar a la zona urbana, entre las 05:00 y 21:00. La ruta alterna para llegar la ciudad será la E35 hasta el redondel de El Colibrí. Desde ese punto pueden optar por la autopista General Rumiñahui para llegar a El Trébol o seguir por la vía E35 hasta Tambillo, en el sur de Quito.
A más del personal, mientras siga el cierre de la Panamericana, habrá grúas y winchas para atender las emergencias.
Pedidos de Guayllabamba
Los moradores de Guayllabamba están preocupados no solo por el tiempo que pierden al viajar, sino por el precio del pasaje. Hasta la semana pasada pagaban 55 centavos. En estos días, deben cancelar USD 1,50. Mientras que a inicios de semana debieron pagar USD 2.
Jaime Rodríguez, conductor de una camioneta que hace recorridos en la zona, cuenta que su hija estudia enfermería. Se tarda tres horas en llegar al centro de Quito y debe hacer un trasbordo. En pasajes gasta USD 5 al día. Además, con el cierre, los visitantes y turistas no llegan a Guayllabamba.
Ayer, representantes de las juntas parroquiales de Puéllaro, San José de Minas, Perucho, Chavespamba y Atahualpa se reunieron en Guayllabamba, para buscar alguna alternativa frente al cierre temporal de la Panamericana Norte.
Gonzalo Pazmiño, vocal principal del gobierno autónomo dijo que realizaron una autoconvocatoria para ser escuchados. Añadió que no se oponen a mejorar la seguridad en la vía, pero no quieren que la población se vea afectada. Los dirigentes salieron a la capital en busca de una reunión con Paola Carvajal, ministra de Transporte y Obras Públicas.