Fernando Arboleda Ripoll tiene nexos académicos y vivenciales muy fuertes con Ecuador. Recuerda, por ejemplo, que años atrás recibió el Año Nuevo en Quito. Entonces le llamaron la atención los concursos y la quema de monigotes. También señala que el locro de papas es su plato favorito en el amplio menú que ofrece la gastronomía ecuatoriana. Después de entregar sus cartas credenciales, el nuevo Embajador de Colombia en Ecuador, que asumirá sus funciones la segunda semana de enero, habló con este Diario.
¿Cuáles serán sus prioridades en su estreno como diplomático y nuevo Embajador de Colombia en Quito?
Me integro en un momento del proceso de consolidación y restablecimiento de las relaciones. Ese proceso tiene unos avances y, por supuesto, la prioridad será fortalecer los ejes del mismo, que son la generación de confianza y el diálogo directo y fluido entre los dos gobiernos para la atención de las múltiples situaciones que viven los dos países.
A su juicio, ¿cuáles son los temas sensibles que están pendientes con Ecuador?
Uno es la promoción de planes de contenido social en el sector de la frontera, de desarrollo en infraestructura. Ya hay una cantidad de proyectos en marcha. Por ejemplo, la ampliación del puente de Rumichaca, los proyectos geotérmicos en el volcán Chiles, Cerro Negro y Tufiño. Pero, sin duda, hay que enfatizar en los proyectos en materia de salud y de control de la criminalidad. No solo de la convencional, sino de nuevas manifestaciones de criminalidad que van surgiendo en la frontera, que es muy activa.
¿Cuál debe ser el enfoque de ambos países para afrontar la inseguridad en la frontera y, además, el de los miles de desplazados colombianos que van a Ecuador?
En materia de seguridad hay unos planes en marcha y unos organismos ya constituidos que se encargan de esto. El Embajador tendrá que prestar su concurso. (El enfoque) debe ser de las acciones coordinadas entre las autoridades de los dos Estados.
¿Y entre los ejércitos?
También. De esa coordinación, seguramente, vendrá el control efectivo de esas manifestaciones de criminalidad e inseguridad que se viven en esa zona.
¿Qué fórmula plantea para resolver el tema de los refugiados colombianos?
Bueno, no le corresponde exclusivamente al Embajador una solución de este problema. Los cancilleres (María Ángela HolguÍn y Ricardo Patiño) convinieron la creación de una comisión para el tratamiento integral del tema de los refugiados. Esa comisión tripartita está integrada por autoridades colombianas y ecuatorianas y por la comunidad internacional, la Acnur. Por supuesto, se espera que en el tratamiento de la situación humanitaria de los refugiados, presten su concurso otras instancias internacionales.
Históricamente, Colombia se ha desentendido de sus refugiados y no ha asumido el costo económico que significa para Ecuador la recepción de estas personas…
No me corresponde como Embajador entrar a definir posturas del pasado o actuales. La realidad del momento es que hay una comisión binacional y Colombia participa en ella de manera activa. Ya existen unos planes sobre el tema y en estos se refleja la política exterior del nuevo Gobierno (de Colombia).
¿Esos planes implican un cambio de postura respecto de períodos anteriores en el tema concreto de los refugiados colombianos?
Seguramente, cuando esos planes se hagan públicos, habrá ocasión de mirar.
¿Esos planes incluyen la posibilidad de reubicar o trasladar a algunos desplazados a terceros países, por razones de seguridad?
Por supuesto que el retorno supone que las condiciones que determinaron la solicitud de refugio se han modificado. El tema de la asistencia humanitaria puede incluir ese tipo de medidas. Pero son dos cosas totalmente distintas. Una es la asistencia humanitaria y otra son las políticas para solucionar la recurrencia de las solicitudes de refugio.
Ud. ha mencionado que se requiere una mayor colaboración entre las FF.AA. de ambos países. ¿Eso implicará una mayor presencia militar en la zona fronteriza para controlar a los grupos armados fuera de la Ley?
Sí. Entiendo que dentro de lo que es esta nueva fase de las relaciones, han convenido las cancillerías y los gobiernos acciones en ese sentido.
¿Esta nueva etapa de las relaciones bilaterales se deja de lado la acusación a ex colaboradores del Gobierno ecuatoriano sobre presuntos nexos con las FARC?
Ese punto no le corresponde al Embajador definirlo. Y de hecho, los presidentes han hecho pronunciamientos sobre esto. La semana pasada, en la visita del presidente Correa, para la entrega de las ayudas, él y el presidente Santos fueron claros en que se trata de crear unas relaciones sólidas, francas y transparentes, con diálogo directo y constructivo, y que eso demanda más mirar hacia el futuro que revivir debates sobre puntos que tienen otros canales.
¿Cuán peligrosas resultan las FARC en esta nueva fase de la relación bilateral?
Siguen siendo un peligro. De todas maneras, simplemente siguen siendo un peligro.
¿Su cercanía con el presidente Juan Manuel Santos ayudará en la solución de posibles problemas si estos se presentan?
Yo no creo que sea tanto la cercanía. Creo que es la definición de una política exterior, bajo unos criterios muy claros de construcción de confianza con los países vecinos. Mantengo con el presidente Santos una amistad de muchísimo tiempo atrás.
HOJA DE VIDA
Su experiencia. De 58 años, abogado. Fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, entre 1995 y el 2003.
Su punto de vista. Dice que trabajará por las acciones coordinadas entre los gobiernos de Quito y Bogotá en esta nueva etapa de las relaciones.