La política se ha convertido en el fin que persiguen algunos cantantes, actores, presentadores de televisión, periodistas y ex reinas de belleza. Desde hace 14 años, en el Ecuador esta tendencia ha ido en crecimiento y las elecciones del 2013 no serán la excepción.
Sin embargo, no todos ellos han obtenido buenos resultados en su desempeño o simplemente han pasado desapercibidos por la historia política del país.
Ahora, hay más de una docena de candidatos a asambleístas que no tienen ninguna experiencia en política, pero que sí son reconocidos en el mundo artístico o en la pantalla de televisión.
Según el analista político Jorge León, este fenómeno se repite porque “ayuda a obtener votos. Por lo general cuando un candidato es más conocido o tiene más contacto con la gente logra atraer más votantes que quienes son unos desconocidos”.
En 1998, Polo Baquerizo inauguró esta tendencia cuando ganó las elecciones para diputado, con un breve auspicio de la DP. Allí presentó 17 proyectos de ley. Luego se elegiría en dos ocasiones como concejal de Guayaquil por el PSC. En 1998 al Congreso también llegó el atleta Rolando Vera.
A partir de entonces, los partidos y movimientos políticos han promovido a ‘estrellas’ en sus listas de candidaturas. Así, por ejemplo, en el 2002 la cantante Silvana Ibarra ganó la diputación por el roldosismo. Ella presentó ocho proyectos reformatorios.
[[OBJECT]]
Esta idea ha cruzado por todas las organizaciones políticas. Incluso, Alianza País, que en el 2006 promovía un voto de rechazo a los personajes de la farándula, también buscó a personas conocidas por la ciudadanía. Entre ellas, Paco Velasco, quien se hizo ‘famoso’ por el programa que conducía en radio La Luna.
Según Cynthia Viteri, ex presentadora de noticias, dirigente del movimiento Madera de Guerrero (MG) y candidata a asambleísta nacional para un nuevo período, la inclusión de personajes del mundo artístico o periodístico en las listas de candidatos se debe a dos factores: la popularidad y la hoja de vida.
“Para que una nueva persona sea conocida se requiere de tiempo. En nuestro caso, se analiza además quién es, cuál ha sido su propuesta política y si comulga con las propuestas de La 6-Madera de Guerrero”, explicó Viteri.
Pero para el analista Teodoro Bustamante, la inclusión de este tipo de personajes en la política demuestra la crisis de los partidos políticos. “Pueden tener intelectuales sofisticados pero que están insertos en partidos clientelares y van a aprobar leyes malas. Si llegan personas sin experiencia van a tener mucho miedo a que se dañe su imagen y se convertirán en títeres del poder; van a avalar una estructura”, criticó Bustamante.
Con esto coincidió León. A su criterio, “los deportistas, la gente de farándula y periodistas no han causado un buen impacto político. El caso más notorio es el de Gerardo Morán: no ha intervenido en las sesiones y más bien ha demostrado su interés de hacer negocios y como consecuencia hay un empobrecimiento de la política en general y de la Función Legislativa”, explicó.
Alfonso Harb, quien saltó del periodismo deportivo al Congreso, rechaza este tipo de calificativos. Para él, llegar a ser diputado por el PSC fue el resultado de toda una vida política. “Empecé en la Facultad de Medicina con dirigente del movimiento Meta, y que ahora lo he trasladado a la vida nacional; luego ayudé en las campañas del PSC desde 1984, con León Febres Cordero”, dijo.
Asimismo, Macarena Valarezo, concejala de Quito y ex reina de la ciudad, aclara que su elección no estuvo relacionada con haber sido soberana de la capital. “Yo fui Reina de Quito cuando tenía 19 años y fui elegida concejal cuando tenía 30. Entré a la política para aportar un granito de arena al desarrollo de Quito, y todos tienen que meterse en política. He peleado contra la corrupción.
[[OBJECT]]