Buenos Aires, AFP
La crisis institucional por la decisión de la presidenta argentina Cristina Kirchner de despedir por decreto al titular del Banco Central, sumó un nuevo capítulo el domingo cuando la policía impidió al funcionario que ingresara a la sede de la institución.
En un día inusual, el funcionario concurrió el domingo con sus abogados al Banco Central para intentar acceder a sus oficinas, pero policías federales le negaron el ingreso, denunció Redrado en un comunicado.
Kirchner removió semanas atrás a Redrado de su cargo por negarse a usar reservas del Banco Central para la formación de un fondo por 6 569 millones de dólares destinado a pagar parte de la deuda de 2010, que suma 13 000 millones de dólares en total.
El gobernador de la autoridad monetaria informó que denunció penalmente al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por considerar que le “impedía cumplir sus funciones” , según el comunicado.
Fernández, el principal ministro de Kirchner, advirtió el viernes que el funcionario no ingresaría más a la sede de la autoridad monetaria.
“La denuncia (contra Fernández) obedeció a que el domingo por la tarde personal policial le impidió el acceso, sin orden judicial, a sus oficinas en el Banco Central, alegando haber recibido una orden superior, no obstante admitir que Redrado era el presidente”, añade el comunicado.
Redrado, quien fue designado en el cargo en 2004 durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-07), esposo de la actual mandataria, apeló su despido ante la jueza María José Sarmiento, quien lo confirmó en el cargo, a la vez que la magistrada prohibió el uso reservas para pagar la deuda.
El viernes, un fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo ratificó la prohibición de usar las reservas para pagar la deuda de 2010, aunque no confirmaba a Redrado en el cargo, según la opinión de la mayoría de los constitucionalistas.
La mayoría de los partidos opositores, que en un principio habían respaldado al jefe del Banco Central, le fueron retaceando el apoyo a medida que se extendía la crisis.
Una comisión del Congreso debe dar su pronunciamiento esta semana sobre la remoción de Redrado, aunque esa opinión no es vinculante para el Ejecutivo.
La presidenta se había sorteado esa instancia emitiendo sólo un decreto de necesidad y urgencia para echar a Redrado, lo que generó una catarata de críticas de la oposición, que la obligó a volver sobre sus pasos y consultar al Congreso.
El gobierno consideraba que el fondo formado con reservas del Banco Central le daría mayor certidumbre en los mercados internacionales, cuando se prepara para lanzar el canje de la deuda que aún está en default desde 2001, por unos 20 000 millones de dólares.
En 2005, Argentina renegoció 76,15% del total de la deuda que había caído en mora, la mayor de la historia por 90 000 millones de dólares.
Este lunes, asumiría en forma interina las funciones de presidente de la autoridad monetaria el subdirector del Banco Central, Miguel Ángel Pesce.