Según la Epmmop, el desgaste que tenía la piedra de la calle Bosmediano, en el norte de Quito, representaba un riesgo para la circulación vehicular. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
Las 32 000 piedras que son removidas de la calle Bosmediano, entre la Carlos Guerrero y la González Suárez, en el norte de Quito, serán reutilizadas en otros proyectos que se tienen previstos realizar en la capital.
La intervención en esta vía se inició el pasado 22 de enero con el objetivo de retirar el adoquín de piedra para sustituirlo por asfalto.
A decir de estudios presentados por la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), el desgaste que tenía la piedra representaba un riesgo para la circulación vehicular, pues sobre todo cuando llovía la calzada se volvía muy resbalosa.
Paola Hidalgo, directora de comunicación de la Epmmop, explica que aunque no se trata de una piedra patrimonial, está siendo entregada a la Instituto Metropolitano de Patrimonio para darle un nuevo uso.
“Esta piedra va a ser reutilizada en proyectos como por ejemplo la rehabilitación de la tradicional calle La Guaragua, en la peatonalización del Centro Histórico, en la Plaza de San Marcos e incluso en el parque Bicentenario“, mencionó la funcionaria.
Se estima que a finales de febrero se culminen los trabajos en la calle Bosmediano. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
Hidalgo además señaló que tras mantener una reunión con miembros del Colegio de Arquitectos de Pichincha, quienes a través de un comunicado público expresaron su desacuerdo con la decisión de retirar la piedra para pavimetar la vía, se ofreció presentar una propuesta para mantener el recuerdo de lo que fue la tradicional calle de piedra.
Pablo Moreira, presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha, comenta que la piedra de la calle Bosmediano tiene un valor histórico-testimonial de más de 60 años, por lo que propone trabajar en la intersección de la av. González Suárez con un diseño de pavimento combinado en franjas con la piedra existente.
En la calle Bosmediano se retira el adoquín de piedra para sustituirlo por asfalto. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
Por ahora la intervención ya presenta un avance del 30% y según Carolina Rodríguez, gerente de Obras Públicas, la calle estaría lista para finales de febrero.
Rodríguez señaló que una vez que se coloque todo el asfalto, se analizarán posibilidades como por ejemplo colocar rompe velocidades o bandas reductores de velocidad para evitar accidentes.
“Es importante recalcar que la rugosidad que ofrece la mezcla asfáltica es superior a la rugosidad que presentaba la piedra que ya estaba muy desgastada”, indicó.