Cuando recordamos a los fundadores de Diario EL COMERCIO y hacemos memoria del legado que dejó la segunda generación de la familia, se comprende el desafío que tuvieron don Carlos Mantilla Ortega (1905-1976) y su hermano Jorge para continuar con una empresa y un proyecto que nacieron en medio de la revolución alfarista y siguieron por senderos políticos muy sinuosos.
A los señores Carlos y a su hermano Jorge les correspondió tomar la posta de la conducción de diario EL COMERCIO y, alternativamente, ejercer la dirección de un Diario con la misma convicción y la misma pasión que los fundadores sembraron por el ejercicio de un periodismo capaz de superar todas las adversidades y los obstáculos que puedan presentarse en el camino.
Se agrega a la histórica tarea la fundación de Últimas Noticias y Radio Quito, medios de comunicación que hoy integran la entidad corporativa identificada como Grupo EL COMERCIO.
Esta intensa labor profesional en el campo de un periodismo profesional e independiente no impidió que la vocación cívica de don Carlos lo condujera a importantes participaciones nacionales e internacionales, así como importantes misiones del Ecuador en el exterior, como fueron las de embajador del Ecuador ante Estados Unidos y México durante varios gobiernos.
Estas experiencias estuvieron sustentadas en su especialidad universitaria en estudios diplomáticos; además, en ese ámbito externo, en el campo periodístico le correspondió ser el primer Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) así como ser representante de los medios de comunicación nacionales ante la Asamblea Constituyente de 1966.
En la historia del periodismo ecuatoriano, cada época y cada momento histórico tienen sus propios signos, sus ilusiones, sus desafíos, sus retos y sus dificultades.
En coyunturas políticas como la actual, el papel que juega el periodismo independiente es fundamental como soporte de la democracia, la paz, la estabilidad institucional y el desarrollo armónico de un país tan complejo como es el Ecuador.
Hacer periodismo en estas condiciones es muy difícil y se lo ejerce en situaciones de enorme riesgo, sin embargo, cuando se recuerda a los maestros que dejaron las primeras huellas de un periodismo libre, se aprende a no perder la serenidad frente a las provocaciones o agresiones y se recobran la energía, el valor y la decisión para continuar con la tarea de informar y opinar con ética y calidad profesional.