450 familias exportan chifles a dos países

En una finca en Palanda.   Los productores usan un  desinfectante del suelo  para eliminar plagas.

En una finca en Palanda. Los productores usan un desinfectante del suelo para eliminar plagas.

A finales de septiembre, un contenedor que llevaba chifles de plátano o verde fue enviado a EE.UU. Ese producto fue elaborado en la planta procesadora de Panguintza, en Zamora Chinchipe.

Esa planta pertenece a la Asociación de Pequeños Exportadores Agropecuarios Orgánicos del Sur de la Amazonía Ecuatoriana (Apeosae), que se formó en el 2005. Es el tercer envío a ese país durante este año. Otros cinco se han realizado a Francia.

Para cumplir con cada pedido, las 450 familias de la Asociación aportaron con 28 000 kilos de plátano verde pelado. Ellos cultivan en sus propiedades ubicadas en los cantones Centinela del Cóndor, Zumba y Palanda.

[[OBJECT]]En el proceso productivo hay dos modalidades. Para exportar a Estados Unidos, esta agrupación pela y fríe los plátanos y los empaca en Panguintza. En cambio, para Francia esa tarea se cumple en una empresa contratada por Ethicuable, que es la comercializadora. Esta última les compra el plátano pelado y lo lleva a Guayaquil.

En ambos casos hay tres presentaciones: salado, dulce y picante. Este emprendimiento se inició en el 2001 cuando los productores se organizaron para lograr un precio justo. Ahora, las ganancias son directas para el agricultor, dice la directora de Aposae, Mariuxi Cobos. Cada familia recibe el pago por kilo de fruta cosechada. Además, si el productor decide integrar el proceso de poscosecha (pelado) percibe otro ingreso.

Los controles de calidad son constantes. Uno de los problemas de estos productores es que la fruta se daña durante el transporte. Lo trasladan en camiones hasta Guayaquil.

El cambio de clima afecta a la fruta, “por eso es importante tener un camión adecuado. Al ser un producto orgánico, no podemos usar conservantes”, dice Cobos. Al inicio fueron 95 familias, que recibieron el primer aporte de la Cooperación Alemana (GIZ) para asesoría técnica y la planta.

Luego se vincularon otras instituciones como el Gobierno Provincial de Zamora Chinchipe y el Ministerio de Agricultura.

Según Cobos, cuando los productores estuvieron listos llegaron los ejecutivos de Ethicuable para buscar productos orgánicos.

A través de ellos se abrió el mercado en Francia y el actual objetivo es buscar nuevos compradores en el extranjero. En el caso de Estados Unidos se envió una muestra el año pasado y las ventas se concretaron hace tres meses.

Una parte de la producción se vende en Zamora, Loja y Cuenca, pero como plátano, no en chifles. Cobos dice que la capacitación fue uno de los pilares para tener un producto de calidad al exterior. Aposae cuenta con ocho agrupaciones y cada una busca un técnico que le guíe.

Por ejemplo, los técnicos del Gobierno Provincial visitan las fincas, explican la forma de tratar cada planta y cómo se debe alternar la siembra para evitar plagas. “No hay químicos, solo se usan abonos orgánicos”, señala el agricultor Juan Minga.

Los cultivos se caracterizan por ser mixtos; es decir, en un mismo espacio siembran café, cacao, plátano, caña de azúcar, yuca y otros en filas alternadas.

Esta forma ayuda al equilibrio del ecosistema, dice el ingeniero agropecuario, Ángel Morocho, director de Fomento Productivo del Gobierno Provincial de Zamora Chinchipe.

Lucio Lojan, de 48 años, es agricultor del cantón Palanda y aplica este método. Lojan aporta con 50 racimos de plátano cada dos meses para la Asociación. “El plátano es delicado para su siembra. Hay que cuidar mucho la planta para obtener un buen fruto”. Pero una de las bondades es que son plantas que dan sombra y es lo que necesita el café y cacao, dice Lojan.

Asimismo, la planta puede ser reciclada para convertirla en abono del suelo, señala Lojan.

En el 2010, el Gobierno Provincial, reconociendo el interés que ha tenido estos productores para organizarse, gestionó la búsqueda de cooperantes y consiguió a la organización española Acsur Las Segovias que ofreció recursos para mejorar la producción.

Luego conformaron un comité del proyecto integrado por las asociaciones Apecap, Acrim, Apeosae, Prefectura de Zamora Chinchipe y Acsur Las Segovias.

Los ingresos por familias y los traslados a la planta procesadora

El ingreso mínimo por familia es de USD 150 mensuales, cuando solo entrega la fruta. El precio se paga directamente al productor, no hay intermediarios.

14 centavos  es  el valor   por kilo de plátano en cáscara que recibe el campesino  del comprador. De acuerdo con  la cantidad que entrega cada familia, se incrementa el pago.

Luego de la cosecha, el producto tiene que llegar en poco tiempo hasta la planta de proceso en Panguintza, en Centinela del Cóndor. Allí se transforma en chifles.
 
Un convenio  con la  Prefectura de Zamora Chinchipe   permite el traslado de la fruta,  que se cosecha en las fincas,  hasta la planta, a través de camiones.

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