El papa Juan Pablo II fue un pontífice conservador y moderno: carismático e inflexible en temas morales, pidió que el mundo se abriera a Cuba, en una histórica visita a la isla.
Karol Wojtyla nació en Wadowice, cerca de Cracovia (Polonia), el 18 de mayo de 1920, en una familia modesta. Tuvo que trabajar en una mina de sodio para ganarse la vida pero siguió sus estudios secundarios y universitarios con tenacidad.
Fue ordenado sacerdote en 1946 y luego de haber sido profesor de Teología, en 1964 fue nombrado obispo de Cracovia. Como tal participó en el Concilio Vaticano II. En 1967 fue designado cardenal.
Tras el fallecimiento de Juan Pablo I, que ocupó apenas un mes el trono de Pedro, el 16 de octubre de 1978, los cardenales reunidos en Cónclave lo eligieron Papa. Wojtyla tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó su ministerio.
El papa polaco amaba viajar y llevar su mensaje hasta los más recónditos rincones de la tierra. Visitó 129 países, algunos de ellos más de una vez, como Brasil o México.
Falleció el 2 de abril del 2005, tras una larga enfermedad
El pontífice número 264 de la historia de la Iglesia será santo tan sólo nueve años después de su muerte, un plazo récord, inspirado por la multitud que pedía durante su funeral en la plaza de San Pedro que fuera proclamado “santo subito” (santo ya).
Para alcanzar los altares, las autoridades de la Iglesia certificaron dos milagros que contaron con la intercesión de Juan Pablo II. El primero, la curación del Parkinson de una monja francesa, permitió que fuera beatificado e1 de mayo del 2011. El segundo, la curación inexplicable de una costarricense, Floribeth Mora, que había sufrido un aneurisma cerebral, permite, según las normas, que sea consagrado santo.