Moradores de la parroquia rural Alluriquín, se informaron sobre el fenómeno de El Niño y las repercusiones en la parroquia. Foto: María Victoria Espinosa / EL COMERCIO
Los moradores de la parroquia rural Alluriquín, ubicada en el kilómetro 79 de la vía Alóag – Santo Domingo, en el occidente de Ecuador, asistieron a una casa abierta que se realizó en el Coliseo General del centro poblado. Ahí más de 200 personas se informaron sobre el fenómeno de El Niño y las repercusiones en la parroquia.
Con música y obras de teatro, la Secretaría de Gestión de Riesgos dio recomendaciones para mitigar los efectos del fenómeno natural. Por ejemplo, se deben mantener limpias las cunetas y alcantarilla. Además no se debe botar basura en las calles porque el viento la traslada hasta los ríos o rejillas. “Durante este año hemos aprendido sobre los riesgos que corremos en Alluriquín, pero también lo que estamos haciendo mal y cómo corregir nuestras acciones en contra de la naturaleza”, señaló la estudiante Cristina Mero, de 16 años.
El director Zonal 4 de la Secretaría de Gestión de Riesgos, Daniel Ferrín, aseguró que uno de los puntos de mayor riesgo en Alluriquín es en el recinto Unión del Toachi, donde viven 470 personas. En esa zona hay una falla geológica, que hace que el suelo sea más susceptible a deslaves. Con las lluvias, el talud se humedece y ocasiona deslizamientos de material pétreo, lodo y tierra. “Ante la proximidad del fenómeno de El Niño, las personas deben estar capacitadas para que puedan reaccionar ante emergencias”.
Foto: María Victoria Espinosa / EL COMERCIO
Nicolás Herrera, morador de Alluriquín, afirmó que los habitantes de Alluriquín buscan capacitarse porque temen que con el fenómeno de El Niño ocurran inundaciones o deslaves como los del invierno pasado. Entre marzo y abril de 2015 más de 100 derrumbes afectaron las casas y la circulación por la vía Alóag–Santo Domingo. Por ello Herrera asistió a la casa abierta y aprendió que se debe estar pendiente de una alarma que se activará en casos de inundaciones o deslaves. “Cuando se vive lo que nos ocurrió nos volvemos temerosos sobre todo porque no se han hecho obras”, aseguró.
Pero según el prefecto Geovanny Benítez se han realizando obras de mitigación en los sectores de mayor peligro como el recinto Lelia, donde cinco familias se encuentran ubicadas en zona de riesgo. Por ejemplo, se construyeron dos alcantarillas, dos puentes tipo badén, dos puentes colgantes y un puente de hormigón armado.
Además se realizó el mantenimiento de la vía Alluriquín–La Florida, que conecta al poblado con el recinto Las Mercedes de Santo Domingo. La inversión de estos trabajos se hizo a través de un presupuesto participativo de alrededor de USD 20 000.
El Municipio y la Secretaría de Gestión de Riesgos, en cambio, optaron por la capacitación. Durante el 2015 se han realizado unos 20 talleres sobre la prevención de riesgos. Además se desarrolló una simulación de deslizamientos de tierra en Unión del Toachi, para que las personas sepan cómo actuar ante una emergencia.
En ese recinto de Alluriquín podría haber dos escenarios ante la llegada de El Niño. El primero serían deslizamientos de tierra y lodo de la pared montañosa donde se encuentra la falla geológica. El segundo sería el represamiento de las cuencas hidrográficas, que ocasionaría inundaciones y también derrumbes porque se desestabilizarían los taludes.