En el mercado de Los Esteros la actividad se reactivó desde el fin de semana pasado. Foto: Francisco Flores / EL COMERCIO
Dos de los tres mercados que tenía Manta hasta antes del terremoto del 16 de abril pasado atendieron con normalidad durante los últimos días. Se trata de los mercados Los Esteros y Playita Mía, especializado en mariscos.
En tanto, el mercado de Tarqui, ubicado en el centro de la parroquia del mismo nombre, quedó totalmente destruido.
Los dos establecimientos abrieron desde el fin de semana pasado con precios bajos en pescados, y con los propios comerciantes comprometidos en una lucha contra la especulación de productos.
Los precios de la libra de picudo y albacora bajaron tras el terremoto. “He conseguido el pescado más barato que antes”, indicó Carlos Alberto Gómez, habitante de Montecristi. Él compra los alimentos en Manta porque dice que las tiendas de barrio no están del todo abastecidas y los precios son un poco más altos.
René Barre, vendedor del mercado de Playita Mía, explicó que el marisco está escaso porque muchos pescadores no han salido a sus faenas en más de una semana. Con pocos pescadores que entregan productos, los comerciantes llegaron a un acuerdo para mantener los precios bajos debido a la situación económica por la que atraviesa el cantón.
El 50% de los puestos de mariscos estaba vacío. Barre, quien perdió en el sismo a seis familiares, volvió a trabajar el fin de semana. También perdió parte de su casa y sus electrodomésticos. “Mi amigo y vecino aquí en el mercado también falleció con su esposa. Fue duro volver a trabajar, teníamos una buena relación con ellos, pero hay que seguir”.
El mercado de frutas y verduras de Los Esteros luce abastecido, incluso con productos de la Sierra y, en general, el nivel de precios es similar al de antes de la tragedia, según coinciden compradores y vendedores. Aunque a lo largo de la semana hubo especulación en productos como huevos, zanahoria y papa.
“Por el bulto de papa nos estaban pidiendo USD 18 esta mañana, cuando antes estaba a entre USD 10 y 12”, señaló Miriam Solórzano, comerciante de verduras que trabajaba en Tarqui, el corazón comercial de Manta y quien -tras la destrucción de la zona- tuvo que mudar su puesto a una acera en Los Esteros.
En la misma situación están cientos de vendedores de Tarqui.“No pudimos sacar nada, ahora ni podemos pasar. Estamos comenzando desde cero, pero hay que seguir, porque tenemos que llevar algo comer a la casa”, dijo Solórzano.
Una veintena de comerciantes mayoristas se reunieron ayer (26 de abril) en la Cámara de Comercio de Manta para establecer una agenda de evacuación de las mercaderías ubicadas en Tarqui. El Comité de Operación de Emergencias (COE Cantonal) autoriza el ingreso a esta zona siempre que las edificaciones no registren un alto riesgo. En la tarde también estaba prevista una reunión con vendedores minoristas.
Para Ángel Vélez Menéndez, presidente de los supermercados Velboni, con 25 de años de historia en Manabí y con 150 empleados, la propuesta de los bancos privados es insuficiente para los comerciantes de Tarqui. Se refiere a la propuesta de aplazar tres meses el cobro de créditos. El empresario apeló a la sensibilidad del Gobierno para flexibilizar más el pago de las deudas.
El supermercado principal, ubicado en Tarqui, colapsó como cientos de edificaciones en una zona que se encuentra cercada, militarizada y con prohibición de acceso a civiles.
“Fuimos saqueados durante una hora la noche del terremoto. Recién hoy han permitido que saquemos lo que queda en nuestras bodegas”, indicó ayer el propietario de la cadena de supermercados, quien dijo que la reactivación comercial requiere una gran inyección de liquidez en el mercado.