Un niño que llegó desde una zona afectada por el terremoto fue dado de alta en el Hospital Baca Ortiz. Los otros 15 permanecen en la casa de salud. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Hasta este miércoles 20 de abril del 2016, el Hospital Baca Ortiz, ubicado en las avenidas 6 de Diciembre y Colón, proporciona tratamiento médico a 15 niños (ocho hombres y siete mujeres) provenientes de localidades como Jama, Pedernales, Manta y otras de la provincia de Manabí. Solo una llegó de Esmeraldas.
Estas poblaciones fueron afectadas por el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, que se sintió en todo el país y que causó daños en infraestructuras, viviendas, comercios y vías.
Los infantes fueron trasladados en avión y en ambulancias que son parte de la red de salud pública. De los 15, cuatro están en estado crítico y 11 en el área hospitalización. Este martes 19, un niño recibió el alta. Así lo indicó Catalina Vásquez, gerente del Hospital Pediátrico Baca Ortiz.
La funcionaria sostuvo que la principal afectación en una catástrofe son los politraumatismos; es decir, fracturas de sus miembros o traumas cráneo encefálicos, un niño tuvo una quemadura y otro registró un proceso de deshidratación.
La principal de esta casa de salud manifestó que los niños llegaron con sus familiares. El tratamiento que se da a los familiares de los pacientes fue inmediato. Reciben alimentación o refrigerios. Además, el Hospital refiere a los familiares a albergues o reciben el apoyo con el voluntariado.
La capacidad del Hospital para albergar a los pacientes es amplia. En un recorrido realizado por este Diario este miércoles 20 de abril del 2016 se accedió al área de cuidados críticos. En este espacio estaba el equipo completo que brinda atención a los niños que llegaron de la Costa ecuatoriana.
Alrededor de las 13:00, Frances Fuenmayor, encargada de esta área, realizó una valoración a uno de los infantes. “Se denomina valoración hemodinámica ecocardiagráfica del paciente pediátrico crítico. Con este procedimiento se realiza un chequeo de la función cardiaca, sanguínea y también otros órganos como el pulmón”, explicó la doctora.
En la parte externa de este espacio estaba Líder Macías, oriundo de San Vicente. El hombre, quien tenía en sus piernas una mochila, señaló que la noche anterior llevaron su hijo Víctor, de 12 años, a esta casa de salud. Llegó en avión. Relató que su vivienda se desmoronó y su hijo sufrió quemaduras. “El resto de mis familiares se quedaron en esta localidad. Están en la calle. Aún no acuden a los albergues. Necesitamos ayuda”, señaló.
Las familias esperan que sus niños se recuperen y reconstruir sus vidas.