Redacción Política,
Guayaquil y Cuenca (I)
La mejor publicidad es la del Gobierno. Así lo sostienen los sindicalistas, pero no se refieren a las propagandas de la revolución ciudadana, sino a las cadenas de la Secretaría de Comunicación y los comentarios del presidente Rafael Correa en contra de las marchas obreras y sus dirigentes.
Precisamente hoy, 19 de noviembre, a las 16:00, las centrales sindicales saldrán nuevamente a las calles de las capitales provinciales a mostrar su descontento por las últimas políticas públicas del Gobierno Nacional. Con la movilización del 17 de septiembre consiguieron que Alianza País retire su proyecto de Código de Relaciones Laborales e, incluso, que esta vez no haya contramarcha y el Mandatario ni siquiera estará en la ciudad. “Vemos que ha retrocedido”, dice Mario Morales, secretario de la Federación de Trabajadores Libres de Pichincha.
Mesías Tatamuez, de la Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitaria de Trabajadores, coincide en que hay un cambio y, como otros ejemplos, agrega la modificación del proyecto de Ley de Tierras y la no mensualización de los décimos sueldos. “Eso no es gratuito, es por el apoyo que nos ha dado el pueblo”, afirma.
Los sindicalistas, agrupados en el Frente Unitario de Trabajadores, junto con la Conaie y otras organizaciones de médicos, maestros y estudiantes, se reunieron en una Coordinadora para organizar la marcha. Pero además se propusieron iniciar el proceso de revocatoria del mandato de los asambleístas “levantamanos”. “Vemos que son incapaces, porque no es posible que las leyes duren meses y se las vuelva a cambiar”, sostiene Morales.
Esta iniciativa nació del movimiento indígena, que está dispuesto a iniciar una minga con las comunidades para recolectar las firmas necesarias. Esto implica el 10% de respaldo del padrón electoral en cada provincia. Es una medida que deberá ser analizada en una convención nacional de este nuevo colectivo y que se planteará después de la movilización de hoy.
Pero no es la única propuesta. Hay sectores de trabajadores que han sugerido convocar a una huelga o un levantamiento nacional. Otros creen que la solución para este escenario político es una nueva Asamblea Constituyente. Sin embargo, estas alternativas necesitarían de un mayor análisis, sostienen los dirigentes.
Por ejemplo, para Pablo Serrano, de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres, sería irresponsable llamar a una huelga porque paralizaría el país. A su forma de ver, primero deben agotar las otras alternativas y, aunque el Gobierno afirme que no quiere dialogar, insisten en debatir para conseguir consensos.
El objetivo de la manifestación es dejar en claro que los trabajadores están en contra de las enmiendas constitucionales y que no renunciarán a tener un nuevo Código Laboral. Insisten, además, en que se dé tramite a su propio proyecto, represado en el Legislativo desde mayo del 2012.
Para los sindicalistas opositores, el proyecto de reformas laborales que presentó el presidente Correa, en Guayaquil, es un “maquillaje” a las leyes que ya están en vigencia. Patricio Pillajo, otro dirigente de la Fetralpi, cuestiona “¿de quién es la culpa de que las leyes no se cumplan? Del Gobierno que lleva más de siete años en el poder y no lo ha podido hacer”.
Ninguno de los líderes de los trabajadores está en contra de la estabilidad laboral, los salarios justos, el despido nulo, la seguridad social universal y otros derechos laborales, temas que presentó el Presidente en sus reformas laborales. Pero exigen que el Gobierno deje la demagogia. Además, las enmiendas se contradicen con esas reformas “revolucionarias”.
Algo “verdaderamente revolucionario”, indica Tatamuez sería que se reintegre a todos los empleados públicos y privados que han sido despedidos ilegítimamente durante la revolución ciudadana.
La aspiración sindical es congregar a más manifestantes que el 17 de septiembre, cuando calcularon unas 35 000 personas en Quito y 86 000 en el país.
La expectativa en Guayaquil es convocar cerca de 5 000 simpatizantes, según Luis Chancay, presidente del Frente Popular de Guayas. Para lograr el objetivo han visitado sindicatos, escuelas, colegios y barrios para convocar a la marcha.
En Cuenca, el mayor impulso a la manifestación lo dará el movimiento indígena. Franklin Sarmiento, de la organización Escuela Popular, cuenta que los asistentes llegarán desde todos los cantones.
A este ya complejo escenario político, Carlos Pérez, presidente de la Ecuarunari, agrega otro factor: “Hemos decidido ir a una consulta popular, pero sin lazos ni correazos sino con el pueblo”. Esta opción se sumaría a las planteadas por Compromiso Ecuador y Sociedad Patriótica.