Redacción Manta
Antes de la inauguración, una parte del puente sobre el río Paján se hace arco.
“Qué será cuando empiecen a circular los carros que en su mayoría salen cargados de frutas, café, cacao y gente”, repetía con insistencia Fidel Martínez. Él es agricultor de la parroquia Campuzano, donde se ejecuta la obra contratada por Corpecuador, a un costo de USD 1 385 085.
Ayer, 12 obreros, con la ayuda de punzones hidráulicos, perforaban un tramo de 30 metros de largo de la losa de 20 centímetros de espesor. Su propósito era desprender el hormigón.
El paso tiene 100 metros de longitud y 7,10 metros de ancho.
El 23 de diciembre, tres horas después de que se regó el hormigón, las vigas (soportes de metal) cedieron, pese a estar sujetadas a un grupo de 14 cables de acero.
Teobaldo Baque, uno de los residentes de la obra, está consciente de que hay una falla técnica.
“Realizamos las pruebas técnicas de resistencia y peso de las vigas en los laboratorios de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol)”, recuerda.
En su opinión, al colocar las abrazaderas para evitar el deslizamiento de los cables, la persona delegada para esa tarea no ajustó lo suficiente y eso causó que la estructura metálica cediera.
Según Macías, los errores será corregidos y el puente estará listo a fines de enero, como lo estipula el contrato. El presidente de Corpecuador delegación Portoviejo, Luis Miranda, señaló que los rubros de la reparación del puente están a cargo del contratista.
Rodrigo Vélez, miembro del directorio de Corpecuador en Manabí, dijo que la obra debe estar concluida a más tardar a fines de enero, antes de que la estación invernal complique el tránsito de los comuneros y sus productos.
Desde hace 10 años, cuando se cayó el antiguo puente, debido a la arremetida de las corrientes del río Paján y Banchal, los 6 000 habitantes de 60 comunidades utilizan una vía alterna.
Sin embargo, por ahí los moradores demoran hasta una hora para llegar a Colimes. Allí venden sus productos y animales, mientras que por el puente solo demoran cinco minutos.
“Aspiramos a que después de las reparaciones no haya sorpresas. El anterior puente era uno de los mejores y más largos de Manabí, con 110 metros de largo y 13 de ancho”, recuerda Manuel Zavala, residente de la comunidad Prócel Abajo.
Él cuenta que hasta hacían bailes sobre el puente. Sin embargo, la falta de muros de protección hizo que las corrientes de los ríos Paján y Banchal socavaran las bases del paso.