Jóvenes repiten prueba Ser Bachiller por un cupo en instituciones de educación superior públicas

Jóvenes acuden a Senescyt, en la 9 de Octubre, en Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Jóvenes acuden a Senescyt, en la 9 de Octubre, en Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Jóvenes acuden a Senescyt, en la 9 de Octubre, en Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Luego de un primer intento; dos, en el 21% de los casos, y hasta tres, en el 16%, los graduados se muestran angustiados. Las ‘marcas’ (puntajes) que han obtenido en varios exámenes Ser Bachiller no les permiten alcanzar su meta: un cupo en la carrera que anhelan seguir en instituciones de educación superior públicas.

Esa realidad desespera a Irene Morales. A sus 20 años no quiere esperar más tiempo para ingresar a la universidad. En el 2015 rindió el primer examen y sacó 880 sobre 1 000 puntos, lo que no fue suficiente para estudiar Medicina, a la que se accede con promedios de alrededor de 990 y más.

En su segundo intento sacó 840 y en el tercero subió a 897 puntos. Para el último examen se preparó en un curso preuniversitario. La espera de tres años le causa preocupación.

La semana anterior Irene acudió a la unidad de la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), donde quienes rinden la prueba obtienen información. Está en la av. 9 de Octubre, en Quito. Deseaba conocer el proceso para habilitar su nota. Postulará a Psicología Industrial o Recursos Humanos, en la Universidad Central o en la Politécnica Nacional. No esperará más.

Si no logra obtener un cupo buscará un empleo. No tiene más opciones. La falta de recursos económicos le impide ingresar a una universidad privada. “Por eso quiero trabajar para reunir algo y ver si puedo empezar a estudiar”, cuenta.

Desde este viernes 20 y hasta el próximo lunes 23, quienes rindieron el Ser Bachiller, entre junio y julio, podrán confirmar sus puntajes. El próximo jueves 26 podrán conocer la oferta académica.

Steven Pacheco, de 19 años, dio su primer examen hace tres años. El lunes pasado acudió a la Senescyt para conocer el proceso y rendirlo nuevamente. Mientras esperaba su turno relató que su aspiración es seguir Ingeniería en Sistemas o Programación en una universidad pública. Pero para ello se requieren más de 880 puntos y llegó a 728.

Por un descuido, Steven llegó tarde a la más reciente evaluación y no pudo rendirla. Ahora deberá esperar un semestre más hasta que se abra otro proceso. Sus padres le apoyan con alimentación, y transporte cuando requiere.

Sin embargo, desea entrar a un curso preuniversitario cuyo costo está entre los USD 200 a USD 250. Por ello debe encontrar un trabajo.

El número de graduados que no alcanza un cupo en instituciones de educación superior llegó a 75 946 en el proceso del primer semestre de este año, precisó la Senescyt. Y la edad promedio de quienes repiten el examen es 23 años.

Adrián Obando, de 20 años, espera no quedarse fuera del sistema esta vez. Confiesa sentir algo de desesperación pues hace tres años se graduó de bachiller. Su aspiración era ingresar a una facultad de Medicina. Pero la gran demanda de la carrera hace que solo quienes sacan altos puntajes lo logren.

Obando ha intentado dos veces sacar más de 980 puntos para postular y ganar el cupo, pero no lo ha conseguido. Ha llegado máximo a 900. Si no estuvieran disponibles los cupos en la capital, planea postular en la universidad de Quevedo, donde viven sus abuelos.

Desde el 2012, en Ecuador rige un sistema de acceso a universidades e institutos que se basa en el examen. La Legislatura aprobó una reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), que permitirá considerar factores como trayectoria académica, situación económica y ubicación territorial. Aún no rige.

La angustia de los graduados que intentan varias veces mejorar sus calificaciones para conseguir cupos la viven también sus padres. Es el caso de César Vásquez, quien acompaña a los trámites en la Senescyt a su hijo Gilson, de 19.

Hace tres años el chico sacó 635 puntos en el Ser Bachiller. Su aspiración es entrar a las Fuerzas Armadas, para lo que necesita un mínimo de 700.

El padre comenta que durante el tiempo en el que su hijo ha intentado obtener un cupo lo ha apoyado con todo lo que necesita. Sin embargo, cree que es importante que Gilson trabaje. Él espera conseguir un empleo para entrar a un curso preuniversitario y mejorar su puntaje en un futuro proceso.

En el más reciente no pudo habilitar su cuenta por desconocimiento de las fechas y del proceso a seguir.

A César le preocupa que pase más tiempo y su hijo no pueda cumplir su sueño. Él no está de acuerdo con este sistema de acceso. Pero autoridades educativas han señalado que el número de cupos disponibles depende de los centros de estudios, que no cuentan con personal e infraestructura para recibir a todos los interesados.

En países vecinos como Colombia, desde 1968 rige el examen de Estado, hoy prueba Saber 11, para acceder a la universidad. Igual ocurre en Estados Unidos y en Europa. Los chicos se preparan con antelación para ser parte de las facultades más demandadas. También entregan ensayos, etc.

En estos días de vacaciones en la Sierra, a preuniversitarios como el Hawking, en el centro norte de Quito, ya acuden chicos a buscar información. Elizabeth Ponce, su supervisora académica, contó que el 25% de los interesados es graduado de años anteriores. Les interesa mejorar sus puntajes.

En contexto

127 517 jóvenes graduados en años anteriores rindieron el examen Ser Bachiller del régimen Sierra-Amazonía, entre junio y julio. Podrán confirmar el puntaje obtenido entre el 20 y el 23 de este mes a través de www.serbachiller.com.

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