Entrevista del día / Virgilio Hernández, ex Constituyente y Asambleísta.
Redacción Política
¿La crisis de la Iniciativa Yasuní-ITT dejó en evidencia las diferencias ideológicas que hay en Alianza País?
Estamos en un nuevo momento, en el que corresponde avanzar en la estructuración del movimiento, lograr que pueda funcionar de manera democrática. A mediados de este año esperamos realizar una convención nacional y que ese encuentro sea la pauta para la reestructuración de nuestra organización. Lo fundamental es que preservemos el espacio para el debate democrático.
Las posiciones están definidas: hay un sector ideológico, que toma distancia del Presidente, y otro pragmático, que sabe que necesita obtener recursos para sostener el proyecto político…
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Militó en Pachakutik, pero también participó en la organización de Alianza País, desde sus inicios.
Su punto de vista. Reconoce que A. País está golpeada por la renuncia de Fander Falconí y las críticas del presidente Correa a la forma en la que se negoció el proyecto Yasuní-ITT.
No creo que los temas los podamos identificar polarizando las ideas… Esto tiene que ver con todo lo que implica el desarrollo y la sustentabilidad. La norma constitucional genera derechos y eso implica recursos económicos.
¿Tener recursos es la preocupación del oficialismo?
Debe ser una preocupación del Gobierno y de toda la sociedad, ver cómo financiar esos derechos pero sin afectar recursos estratégicos, como es el caso del proyecto Yasuní-ITT.
¿El hecho de que el presidente Correa y el ex canciller Fander Falconí hayan marcado posiciones crea fricciones en el movimiento?
Es indudable que hay momentos de tensión y de debate. Lamentablemente, esa tensión se resolvió con la renuncia del canciller Falconí. En este momento lo que deberíamos procurar es que la Iniciativa, que surgió desde la Presidencia de la República, sea una motivación no solo del Gobierno sino de todo el Estado.
¿Es positivo que por este debate renuncie uno de los protagonistas?
Todo lo contrario. Creo que mientras menos voces existan en el análisis, más lo empobrecen. Es necesario que en este momento Alianza País construya mecanismos de debate interno, que permitan que los temas se canalicen de manera adecuada.
Pero en más de tres años no se han consolidado estas instancias de discusión…
Estamos en ese proceso. No es malo que los debates sean públicos, eso no tiene que ser estigmatizado. Lo que nos corresponde ver es cómo logramos tener decisiones que sean coherentes con el plan de trabajo. Por ahora, lo importante es mantener la Iniciativa Yasuní-ITT en condiciones de soberanía. Yo ni siquiera pienso en otro escenario, porque eso significaría debilitar esta iniciativa.
¿Cuál sería el escenario ideal para la discusión interna en Alianza País?
Construir un movimiento en el que haya flujo de la política, en el que haya capacidad de debate, en el que haya interacción de las distintas instancias y que al final podamos resolver lo que consideremos que sea lo más oportuno. El movimiento también tiene que convertirse en un factor importante que genera propuestas y planteamientos para el ejercicio del Gobierno.
En esta disputa se está imponiendo el sector pragmático de A. País, que sabe que son necesarios los recursos para financiar el proyecto…
A todos nos corresponde hacer efectivos los derechos que están consagrados en la Constitución, pero también a todos nos corresponde la obligación de enfrentar los problemas que tiene la sociedad. Y cuando hablamos de esto nos referimos a de dónde van a salir los recursos para enfrentar los problemas de educación, salud, vialidad…
¿Ese problema tiene que ser solucionado desde el Ejecutivo?
Ese problema no tiene que ser pensado solo desde el Ejecutivo, sino resuelto por todos quienes estamos en este proyecto.
¿Cuánto va a afectar a Alianza País la salida de Fander Falconí y de Manuela Gallegos, quienes se sumaron a Alberto Acosta?
Espero que la salida de Fander de la Cancillería no signifique su salida del movimiento. No podemos tener la idea de que ya estamos todos los que somos. Siempre tiene que ser un movimiento de puerta abiertas y que se mantengan todas las personas que tienen coherencia.
Pero todos los que discrepan, finalmente han quedado fuera del proyecto….
No debemos pensar en que alguien salga del movimiento cuando tiene ideas distintas. Ese es el mayor reto de Alianza País: el mantener coherencia en las tesis fundamentales.
¿Cuánto afecta al diálogo cuando se habla de deslealtades o de agendas ocultas, tal como lo dijo Correa contra Falconí y Acosta?
Cuando hablamos de política, estamos hablando de que haya coherencia ideológica y programática, un compromiso con un movimiento político. Todos debemos desarrollar una capacidad para escuchar y, por lo tanto, debemos estar dispuestos a oír y saber que la verdad no está en un solo lado, sino que se construye a través de los mecanismos de debate colectivo.