El Hotel Royal de Pedernales fue destruido por el terremoto del 16 de abril, en Ecuador. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
El sector turístico privado del país expresó, este lunes 25 de abril del 2016, su temor de que el terremoto que azotó a Manabí y Esmeraldas, provoque una caída generaliza de la actividad.
Un grupo de 50 empresarios turísticos de Manabí, Guayas y Santa Elena se citó por la mañana, en Guayaquil, para delinear un plan de acción y propuestas para reactivar la hotelería; un documento se entregará al Gobierno esta semana.
Tan solo en Pedernales, donde el terremoto tuvo su epicentro, el comercio está afectado en un 90%, con 2 690 negocios cerrados y el 80% de la actividad productiva paralizada, según el reporte de las 13:00 de este lunes publicado por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR). También en Manabí, le siguen en afectación al comercio las ciudades de Portoviejo, Jama, y Manta.
En esta última urbe, donde se concentra el 80% de la actividad atunera del país, el 40% de su comercio está afectado, con 225 empresas paralizadas.
Las afectaciones son igual de severas en el sector hotelero. Según la Federación de Cámaras de Turismo del Ecuador (Fenecaptur), el terremoto dejó un saldo de 65 hoteles derrumbados y 185 afectados en su infraestructura. Ante ese panorama, el sector esbozó una serie de propuestas para impulsar el turismo y ayudar a los hoteleros que perdieron sus negocios.
Holbach Muñetón, presidente de la Fenecaptur, considera urgente que el Gobierno destine más recursos para atraer las visitas hacia las zonas que no se vieron afectadas. “La promoción hay que hacerla ahora, no esperar a que la infraestructura se recupere. Hay que hacerlo en los sectores donde no hay afectaciones. No queremos que se vaya el turismo”.
Las propuestas también buscan una moratoria más amplia en el pago de sus deudas con banca pública y privada y el SRI. Consideran que esta debiera ser de hasta tres años, y que se extienda a otras provincias, como Guayas y Santa Elena.
La Asociación de Hoteleros de Portoviejo todavía no tiene una evaluación de las pérdidas en su sector, pero su presidente, Régulo Peña, considera que son cuantiosas y que su recuperación tardará al menos tres años. El gremio agrupa a 50 hoteles, muchos de ellos ubicado en el centro de la capital manabita, la zona más afectada en el cantón.
Peña puso el ejemplo del Hotel Paraíso de su propiedad, que aunque no sufrió daños severos, permanece cerrado mientras se realiza una evaluación de su estructura. Este hotel tenía ocho empleados, quienes no han vuelto a laborar desde el terremoto. El último reporte de la SNGR da cuenta de una afectación del 50% en el comercio de esta ciudad, con 383 negocios cerrados. “Creemos que los daños ascienden en USD 30 000. Esto se acumulará a las deudas que tenemos con los bancos”.
Para Raúl Romero, administrador del hotel Colinas del Valle, ubicado en el centro de Portoviejo, la idea de reparar la estructura ya no tiene sentido. El edificio de tres plantas y 35 habitaciones quedó en ruinas tras el terremoto. “Nos quedamos sin nuestro hotel, y con deudas por pagar. Tan solo por el servicio de agua tenemos una deuda de USD 1 200”.
Vicenta Cantos, presidenta de la Asociación de Hoteleros de Puerto López, otro destino turístico manabita, pidió que se les levante lo más pronto posible la restricción impuesta al consumo de bebidas alcohólicas, porque les está afectando. Cantos aseguró que Puerto López no ha sufrido mayores afectaciones, pero los turistas no llegan por temor. “La gente simplemente no está viniendo a las playas”.
Los hoteleros propusieron además, como apoyo al empleo en el sector, que se cree una bolsa de trabajo para que los empleados de los hoteles y sitios de alojamiento en las zonas afectadas puedan conseguir trabajo en otros destinos turísticos.
La Fenecaptur tenía previsto enviar una carta al Ministro de Turismo y al Presidente de la República con sus propuestas para reactivar a su sector.