A raíz de los procesos del Estado ecuatoriano en contra de Teleamazonas ¿está en riesgo la libertad de expresión en el país?
Sí, se están aplicando normas inconstitucionales para acallar a un medio en la oposición, como es una Ley de la dictadura militar de 1976 que está en flagrante contradicción con la Constitución recientemente aprobada. El Conartel es un órgano integrado por representantes del Gobierno, lo que resta legitimidad a sus intervenciones. El Gobierno no debe convertirse en juez de la opinión pública, porque eso atenta con la libertad ciudadana. Es peligroso que se siente un precedente en este sentido.
¿Cuál debería ser la relación de los medios con el Estado? El Gobierno tiene a su cargo 10 medios, incautados al grupo Isaías…
Es importante que existan medios estatales que brinden una alternativa frente a los medios de comunicación privados, que presenten programas de alta calidad y con fin social. Así, el público tiene a su disposición una programación que no depende del ‘ranking’ ni de la publicidad. Está mal, en cambio, que haya una tendencia a la monopolización de los medios en manos del Estado, porque vamos a tener un mensaje homogéneo en una gran cantidad de medios, lo que atenta a la diversidad y pluralidad de los mensajes y de las opiniones.
¿La regulación de contenidos que propone el Gobierno es válida? ¿Hay experiencias de este tipo en otros países?
En la mayoría de países existen acuerdos más o menos formalizados entre los Estados y los medios de comunicación, para proteger a niños y niñas de ciertos contenidos nocivos para su formación, o para excluir contenidos discriminatorios en sus emisiones. Es importante, sin embargo, que este control no se dé por la vía de la sanción y la censura, sino que se permita a la sociedad civil que interactúe y presione a los medios sobre contenidos que considere peligrosos para los menores u ofensivos para algún grupo social en particular.
En el caso de Ecuador ¿hay paralelismo con Venezuela?
Se está tomando exactamente el mismo camino: acallar a la oposición, intolerancia a la crítica; es un fenómeno regional que debe alertar a las fuerzas democráticas para detenerlo a tiempo, en mucho de ello depende la vigencia de la democracia.
¿Cuál sería una solución a la constante fricción entre los medios y el Gobierno ecuatoriano?
Empoderar a la sociedad en la relación con los medios; diversificar y visibilizar en los medios públicos a los actores que normalmente son excluidos (…) confiar en la capacidad crítica de los ciudadanos para elegir el contenido y los medios en que confían; esto quiere decir derecho al ‘zapping’ o a no escuchar lo que no se quiere escuchar; impedir la entronización de alguien que quiera decirnos lo que debemos ver, oír o cómo pensar, eso es totalitarismo antidemocrático .