Petroamazonas espera contar con la licencia en septiembre. Luego se construirán los accesos y dos plataformas. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El proceso para iniciar con la explotación del campo petrolero Ishpingo, el último del bloque 43 ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini), está en marcha.
Este campo se encuentra en el extremo sur del bloque 43. Una parte de este se ubica en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní. Esta franja de territorio bordea el área intangible de esta reserva, donde está prohibida la actividad petrolera (ver gráfico).
Actualmente, la empresa pública Petroamazonas, a cargo de la explotación de ITT, tramita la obtención de la licencia ambiental, que permitirá intervenir en el campo Ishpingo. Este procedimiento se realiza ante el Ministerio de Ambiente.
Para esto, los representantes de ambas entidades mantienen reuniones periódicas. Está previsto contar con la licencia hasta septiembre próximo, informó Álex Galárraga, gerente General de Petroamazonas.
Una vez que concluya este proceso de manera favorable, se construirán los accesos ecológicos y dos plataformas -superficie donde se perforarán los pozos- para desarrollar la actividad hidrocarburífera. La inversión estimada en estas tareas es de USD 50 millones.
La construcción de las instalaciones y la extracción de crudo están planificadas para mediados del 2019. Para esto se hará una licitación.
El desarrollo de este campo demandará una inversión total de USD 2 207 millones. En Ishpingo se contará, en un inicio, con tres taladros para perforar los pozos. Primero se construirán las plataformas que están cerca de Tambococha (A y B). Luego se avanzará en dirección al sur. En la denominada zona de amortiguamiento se ingresará en el 2020, según Petroamazonas.
Yasunidos consideró que no se deben ampliar las actividades petroleras. Pablo Piedra, representante de este colectivo, mencionó que la zona de amortiguamiento es parte “integral” del área intangible, donde habitan pueblos en aislamiento voluntario. Por esto -en su criterio- no se debería explotar Ishpingo, para no poner en riesgo a estos pueblos.
Basados en esto, el año anterior presentaron un pedido al Ministerio de Ambiente para que suspenda la emisión de licencias ambientales que amplían la explotación petrolera en la zona.
De acuerdo con la declaratoria de interés nacional de la explotación petrolera en el Yasuní, que realizó la Asamblea en el 2013, las actividades extractivas no están permitidas en la zona intangible.
Petroamazonas expresó que cumple “a cabalidad” con la política ambiental en todos los procesos.
Ishpingo tendrá nueve plataformas. La localización más extrema de este campo era la denominada J, que se encontraba a 6 kilómetros de distancia de la zona intangible, pero fue eliminada por el actual Gobierno. Ahora, la última será la plataforma I, que está a 60 km de esta área.
En Ishpingo se perforará un total de 293 pozos petroleros. “Es el campo más potente del bloque ITT”, mencionó Galárraga.
Cuando empiece la explotación, se espera que Ishpingo aporte con alrededor de 30 000 barriles de crudo por día. Estos se sumarán a los barriles de petróleo que se bombean de Tiputini y Tambococha, y que están en producción desde el 2016 y 2018, respectivamente.
La producción actual de estas dos áreas alcanza 63 668 barriles diarios, según el reporte de producción del 9 de julio de Petroamazonas. Pero la meta es llegar a 80 000 hasta fines de este año.
En total, el bloque 43 tendrá 651 pozos que aportarán con alrededor de 300 000 barriles diarios a la producción nacional, en el 2022. .
Para Fernando Santos, exministro de Energía, el desarrollo integral del bloque 43 cumpliendo con los cuidados ambientales permitirá que el Estado saque ventajas, ahora que el precio del crudo ha mejorado en el mercado. “Este es el momento”.