La falta de oferta local alienta venta virtual

Enrique Pesántes y Archivo/El Comercio


Enrique Pesántes y Archivo/El Comercio


La Resolución 023 emitida por el Comité de Comercio Exterior (Comex) el pasado 17 de julio, en la que se establece una tasa de USD 42 para los paquetes que ingresen por vía courier desde el extranjero bajo el sistema 4x4 (4 kilogramos/USD 400) sigue generando debate.

Aunque la medida no entra en vigencia mientras no se publique en el Registro Oficial, los asiduos compradores en línea ya protestan.

Pierina tiene un videoblog de tutoriales de maquillaje y Andrés es un gamer que colecciona figuras de anime. Tienen gustos diferentes, pero los dos son compradores en línea, y aseguran que “no solo se compra por Internet para traer ropa más barata”, sino para conseguir cosas que no se venden en el país o que las tiendas nacionales se tardan en traer.

De acuerdo con cifras del Ministerio Coordinador de la Producción, durante el año pasado el valor total de envíos por el sistema 4x4, que tuvo unos 387 132 usuarios, alcanzó los USD 152 millones.

La resolución fue emitida a raíz de las quejas del gremio textilero, que alegó pérdidas para su sector, que mueve unos USD 800 al año, ya que buena parte de los paquetes que vienen bajo ese sistema corresponden a ropa comprada en portales web, a precios inferiores a los nacionales, según dirigentes gremiales.

En el 2013, las importaciones de textiles por esta vía alcanzaron los USD 100 millones. De acuerdo con las cifras de la Asociación de Industriales Textiles de Ecuador (AITE), el 70% corresponde a ropa.

Lupe Ortega, propietaria de Solcourier, menciona que entre los productos que sus clientes traen constantemente bajo el sistema 4x4 están los perfumes. “Están negando a la gente el derecho a acceder a productos de calidad a precios competitivos. Las personas traen perfumes por USD 50, que aquí cuestan hasta 180”, menciona.

Miguel Ángel González, presidente alterno de la Cámara de Comercio de Guayaquil, explica que la principal razón por la cual los productos registran mayores precios en el Ecuador es la alta carga impositiva, “lo que obliga al empresariado a trasladar esos costos al precio final de sus productos”.

Pierina Dormi tiene un blog de tutoriales de maquillaje y cuenta que recurre frecuentemente a la web porque hay marcas que en el país no se encuentran, como Too Faced, Lorac, Itcosmetics. “Las más conocidas que son Maybelline, Loreal y Covergirl . Una adquiere cosas de las temporadas de hace dos o tres años”.
Al comprar por Internet, dice, ahorra alrededor del 60% de lo que gastaría comprando maquillaje aquí.

González explica que esto se da por las restricciones técnicas a las importaciones, que han afectado más de 300 subpartidas. “Un sinnúmero de productos y marcas ven imposibilitado el ingreso de sus productos al mercado local. Hay marcas que ya han dejado de llegar al Ecuador”.

Los fanáticos de los videojuegos o gamers también sienten que la medida los limita. Podrán seguir comprando por Internet, pero tendrán que priorizar, dice Andrés Armas, aficionado a los videojuegos.

Él está de acuerdo con que el Gobierno tome medidas para proteger la industria nacional de ropa, “pero aquí en el Ecuador no producimos videojuegos, no es que estamos perjudicando a la industria nacional, porque aquí no existe”, dice.

Además, en las tiendas nacionales donde se venden videojuegos no suelen ofrecerse versiones especiales de juegos como Assassins Creed IV e Injustice Gods Amog Us, que incluyen ítems extras que le otorgan valor agregado en comparación con las ediciones tradicionales de los juegos. Además, los precios de los juegos suelen duplicar a los que se encuentran en la red.

María Fernanda Mármol, propietaria de la tienda ecuatoriana online de videojuegos The Game, cuenta que ofrecen los videojuegos más populares como FIFA, PES y Call of Duty, entre otros, pero no ediciones especiales, porque no se sabe la acogida que tendrán.  “Además, las ediciones especiales pesan más, lo que implicaría un gasto mayor en importaciones”, explica.

González cree desacertado que los ciudadanos se vean obligados a comprar bienes nacionales por la imposición de tasas. “Tenemos industrias muy capaces. Lo importante es generar las condiciones de competencia óptimas”.

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