La capital azuaya conquista por sus atractivos. Hay lugares emblemáticos del Centro Histórico como el Barranco del río Tomebamba que fueron intervenidos para resaltar su arquitectura, que es Patrimonio de la Humanidad.
Por las obras ejecutadas en el Barranco, la urbe recibirá este jueves en México el galardón Jean-Paul L’ Allier para el Patrimonio. El reconocimiento es otorgado por la Organización de Ciudades del Patrimonio Mundial.
El Municipio de Cuenca postuló su participación hace seis meses, con el proyecto integral de regeneración del Barranco. El expediente incluyó las obras ejecutadas en los últimos cuatro años a lo largo del Tomebamba, entre El Otorongo y El Vergel. Son siete kilómetros.
Este afluente es una suerte de línea divisoria entre la ciudad antigua (Centro Histórico) y la moderna. Allí, las casas parecen estar colgadas en la peña y el entorno colorido. En este circuito se mejoraron las plazas de El Otorongo, El Vergel, El Farol y del Carbón.
También, se remodelaron el parque de La Madre, Paseo 3 de Noviembre, avenida 12 de Abril, la pasarela Universitaria y la escalinata que da al puente Mariano Moreno. Esas obras están conectadas con El Barranco y la inversión superó los USD 15 millones.
Los espacios fueron mejorados con la utilización de materiales de la región como madera, piedra, hierro forjado y vegetación nativa (orquídeas, alisos, sarar…).
Este espacio está dotado de servicios públicos como ciclovías, caminerías, jardineras, zonas wifi, juegos recreativos, máquinas para ejercicios, restaurantes, hoteles… Es la zona preferida para la visita de los turistas extranjeros y de residencia de los jubilados del exterior radicados en esta ciudad.
“Desde aquí (Barranco) me encanta contemplar esa mezcla de arquitectura y naturaleza que tiene“, dice Gary Vail, quien hace un año se mudó a Cuenca, procedente de Chicago, Estados Unidos.
La Dirección de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio centró sus esfuerzos en este proyecto por ser ícono del Centro Histórico de la ciudad. Para su director, Daniel Astudillo, este proyecto es parte de los compromisos asumidos el 1 de diciembre de 1999 cuando la ciudad obtuvo el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
En ese entonces, este organismo internacional valoró a esta ciudad por su trazado de calles angostas adoquinadas y la arquitectura colonial (siglo XVIII) y republicana. El expediente incluyó 26 edificios de valor monumental, 602 arquitectónicos y 803 ambiental.
En el nuevo inventario hecho por la Dirección de Áreas Históricas se determinó que, dentro de las 482 hectáreas del Centro Histórico, existen 3 287 bienes de valor patrimonial. Además, se estableció como zona de amortiguamiento a El Ejido, de 343 hectáreas y con 171 inmuebles protegidos.
Para María Arévalo, directora del Instituto de Patrimonio Cultural del Austro, con este galardón Cuenca gana mayor prestigio internacional. “Este premio es un orgullo, una respuesta a la conciencia de los cuencanos por el respeto al patrimonio edificado y sus expresiones culturales”.
En la práctica, con esta participación la Fundación organizadora entrega una placa de reconocimiento y USD 3 000. Ese dinero debe invertirse en la construcción del espacio público para ubicar el galardón honorífico. Aún no se determina el sitio, pero será en el mismo Barranco, dice Astudillo.
Asimismo, la ciudad se beneficiará de la promoción mundial del proyecto en el sitio web de la Organización de Ciudades del Patrimonio Mundial. Para Astudillo, el hecho de ser la primera ciudad de Suramérica en recibir este premio, “llena de orgullo a sus habitantes”.
Con esto coincide Sofía Chérrez, de 34 años, quien dice que eso motiva a los cuencanos a preservar la riqueza patrimonial para las presentes y futuras generaciones. Además, exigir control estricto sobre los inmuebles inventariados y pedir sanciones drásticas sobre quienes atenten contra los bienes.
Los sectores involucrados con el turismo también están contentos y optimistas. Daniel Hernández, presidente de la Asociación de Hoteleros de Azuay, dice que con este premio se beneficia el país y que a mediano plazo podría aumentar el número de turistas que se interesen por conocer Cuenca.
Punto de vista Gustavo Lloret Restaurador
‘El cuidado debe ser general’ El trabajo que se ha hecho en Cuenca desde 1999, respecto a la conservación del patrimonio, es positivo y merece los reconocimientos. La ciudad que tenemos es única, privilegiada por su paisaje, su gente hospitalaria, sus valores, sus tradiciones, su cultura… El galardón Jean-Paul L’Allier es una motivación y compromiso para cuidar y respetar más esta urbe. Hay demolición de viviendas patrimoniales, que pueden afectar la imagen, pero son casos puntuales y aislados. Pesan más las obras de mejoramiento que han embellecido los espacios emblemáticos. Las entidades públicas deben poner más atención en la restauración de casas antiguas que están abandonadas y en evidente deterioro. Hay que cuidar más a la ciudad para evitar las infracciones y que siga siendo un referente en América y el mundo. Los extranjeros valoran temas como la belleza arquitectónica y paisajística, orden… Debemos seguir manteniendo esa imagen y para eso es necesario el compromiso de autoridades y la población.
Cómo es el reconocimiento
La Organización de las Ciudades Patrimonio Mundial otorga este premio cada dos años a la urbe miembro que se distinguió por sus obras de un bien considerado de valor patrimonio mundial.
La entidad es un organismo con sede en Marruecos, fundada en 1993, y reúne a las ciudades declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El objetivo del premio es destacar la conservación, valorización y gestión de los bienes.
El jurado calificador valora la ejemplaridad del proyecto para la conservación patrimonial, impacto tangible en la comunidad y efectos pedagógicos.
El galardón será entregado en el Congreso de Ciudades Patrimonio y Sustentables que se hará hasta el sábado en México. Irá un delegado de Áreas Históricas del Municipio.
El Paseo 3 de Noviembre tiene un enfoque turístico. Se mejoraron 800 metros de la margen izquierda del río Tomebamba.