Las autoridades del colegio Manuel J. Calle están convencidas que la probabilidad de que sus alumnos caigan en el consumo de drogas es un riesgo que viene de la calle.
El año anterior, cinco estudiantes fueron sorprendidos con droga en sus mochilas. En lo que va del 2013 fue descubierto uno.
Es el único colegio de Cuenca en donde se denunció este hecho. Pero también el primero que puso en marcha un Plan de Contingencia, aún antes de que lo disponga como obligatorio el Ministerio de Educación el 26 de octubre.
El proyecto involucra a los padres de familia y a los docentes, organizados en brigadas de seguridad.
Los primeros recorren, por grupos, a la hora de la salida (18:45), por el perímetro exterior de las tres hectáreas del plantel, ubicado en el barrial Blanco.
En cambio, los profesores hacen el mismo trabajo al interior del colegio, durante la hora del recreo.
Todos los paralelos tienen que realizar turno. El pasado martes los 35 padres de familia, que tienen a sus hijos en noveno de básica, estuvieron de guardia.
En la esquina más próxima a la entrada del instituto, por ejemplo, se ubicaron Mecías Fajardo, Esperanza Guallpa y Liliana Sanmartín. Su tarea era enrumbar a los estudiantes a sus casas, para evitar el contacto con desconocidos.
Según la rectora, Libia Tapia, había pandillas que generaban zozobra. “Roban celulares, provocan riñas e involucraban a los jóvenes en el consumo y venta de drogas”.
Por estos hechos y denuncias, Tapia ha recibido amenazas y atentados. “Pero no me amedrentan”.
Para Guallpa, con las brigadas bajaron las amenazas a los alumnos. “Nuestra presencia aleja a esas personas”. El martes pasado, un grupo de estudiantes se acercó a los brigadistas para denunciar la presencia de desconocidos.
Enseguida se movilizaron al lugar, pero no encontraron nada. En este plantel también se realizan sorpresivas revisiones de mochilas.
Este año hubo tres requisas. En una de ellas se descubrió que una estudiante llevaba droga. Ella fue separada del colegio, en donde se educan 2 000 jóvenes.
Según Tapia, son meticulosos en la búsqueda, porque esconden la droga en pequeños espacios de los pupitres, esferos, maquillaje…
La Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescente tiene identificados 10 colegios donde los estudiantes son más vulnerables a este tipo de delitos.
Una madre que prefirió el anonimato sabe que a su hijo le ofrecieron droga gratis. Pero dice que no la aceptó. “Temo que pueda caer en la tentación. Por eso estoy aquí junto a otros padres vigilando”.
En la Dirección de Educación de Azuay pocos planteles presentaron su Plan Contingencia. Las escuelas Tres de Noviembre y Juan Montalvo, al igual que el colegio Manuel J. Calle, cumplen esta exigencia.
En la primera 10 representantes realizan turnos en las horas de entrada y salida. Ayudan a cruzar la calle a los niños, a salir e ingresar a los buses o busetas, a entregar a los pequeños a sus padres o evitar que consuman alimentos nocivos en los exteriores del plantel.
Según la directora de la escuela Tres de Noviembre, Yolanda Mora, con este sistema mantienen orden y seguridad. Ella aseguró que antes los padres copaban los accesos principales y provocaban un embotellamiento. Ahora ellos esperan afuera y las niñas salen en orden hasta ser recogidas por sus progenitores. En este plantel se educan 1 152 estudiantes.
En la escuela Juan Montalvo el plan funciona de forma similar. Néstor Molina que tiene un hijo de siete años cumplía la tarea de brigadista, el martes último. “El principal trabajo es detener el tránsito para que los niños crucen la calle”.
Punto de vista
Humberto Cordero, Gobernador del Azuay
Las drogas son el problema que mas preocupa a los colegios
La familia juega un papel fundamental en la prevención del consumo de estas sustancias.
Los padres son los llamados a conversar todos los días con sus hijos, saber dónde están, qué hacen, quiénes son sus amigos…
De ese tema hablamos todas las semanas en nuestro programa Lunes Cívico de Paz.
Nos desplazamos a un colegio y a más de hablar sobre los valores, interactuamos con los padres de familia, autoridades, estudiantes y docentes.
Para este año tenemos programado instalar 123 cámaras de video vigilancia afuera de centros educativos vulnerables