Esta parroquia urbana satélite de Daule tiene una estrecha vinculación con Guayaquil.
En la parroquia La Aurora conviven dos realidades. Por un lado están las modernas urbanizaciones y por el otro, un pequeño poblado sin servicios.
Por eso, pese a que no ha llovido en estos días, varias calles están llenas de lodo. También lo hacen sus habitantes que, con gorra o sombrilla, se protegen del fuerte sol mientras caminan en medio de una alta temperatura.
Si bien la parroquia pertenece a Daule tiene un estrecho vínculo con Guayaquil. La construcción de la vía Perimetral (tramo Puntilla-La Aurora) la convirtió en un polo de gran desarrollo urbanístico y dejó de ser una zona agrícola-ganadera. Gran parte de los habitantes trabajan o estudian en el Puerto Principal.
Esta parroquia urbana satélite fue elevada a esa condición en el 2001 para permitir su crecimiento inmobiliario. Su área antigua está rodeada por nuevas construcciones que proliferaron, sobre todo en la última década. Además, existen colegios particulares y centros comerciales.
Son 25 urbanizaciones que se encuentran en esta zona, cuyo límite, por un lado, con Guayaquil es el puente Vicente Rocafuerte y, por otro, con Samborondón, en la Y del km 10. La avenida que cruza se denomina León Febres Cordero.
En cambio, el pequeño poblado se caracteriza por tener negocios de todo tipo. Los más grandes son los ferreteros, tomando en cuenta su vinculación con la construcción. Además, tiendas, comedores, lubricadoras, gabinetes, cibercafés, almacenes…
También hay furgonetas que trabajan temprano en la mañana y al caer la tarde. Por USD 0,50 trasladan a sus habitantes a las nuevas urbanizaciones en la vía a la T de Salitre, su mayor fuente de trabajo actual.
Los pobladores han sido parte de ese desarrollo. Ahí está Alejandro Rodríguez, quien trabajó como albañil en tres urbanizaciones. “Eso nos ha permitido desarrollarnos por nuestro esfuerzo. Incluso mi esposa trabajó por siete años como doméstica”.
El contraste del poblado con las urbanizaciones aledañas es abismal. Apenas la calle principal y otras cinco en su interior son asfaltadas. Por ello sus moradores claman por atención.
Blanca Arreaga dice sentirse abandonada. “Solo han arreglado unas pocas calles y falta alcantarillado, seguridad“. Alicia Morán, octogenaria, se queja: “A las calles las arreglan pedacito por pedacito”.
Ella recuerda que La Aurora eran apenas cuatro casitas. “Había un camino de tierra que salía a la vía a Samborondón y desde allí tomábamos un carro para Guayaquil. O nos íbamos en canoa hasta Pascuales“.
Mientras espera el bus, Nicomedes Villao dice que los últimos 60 años ha visto a La Aurora crecer. “Esto era una piladora del señor Jorge Gallardo, que fue embargada y como no nos dieron la liquidación formamos una cooperativa agrícola. Nos tomó siete años tomar posesión”. Recuerda que poco a poco se fueron vendiendo los terrenos y que el gran desarrollo se da a partir de los años 90. “Donde están muchas ciudadelas se sembraba arroz. Los auroreños originales somos muy pocos”.
Cerca de allí, en la urbanización Sambo City, el Municipio de Daule inauguró una oficina para facilitar los trámites a los moradores. Ellos esperan que esas facilidades se traduzcan en más obras y servicios.
Para Jefferson Murillo es urgente un centro médico. “Hay un dispensario aquí cerca en Buijo, que pertenece a Samborondón, pero no nos atienden porque somos de Daule”.
En contexto. En el poblado de la parroquia La Aurora viven 400 habitantes y en las urbanizaciones, 25 000. En las últimas elecciones hubo 9 477 empadronados. Según el censo, Daule registraba 85 148 habitantes. En el 2010 subió a 120 326.