El domingo hay más crímenes en Ecuador

El comercio


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Una riña masiva ocurrió el domingo 16 de febrero pasado, en un edificio en el sur de Quito. Foto: EL COMERCIO

La fiesta siguió hasta el domingo y con los tragos los ánimos se encendieron: hubo disparos, volaron sillas, mesas de plástico, jabas de cerveza y botellas. Unos asistentes se lanzaron desde las ventanas para huir de ese caos. Otros tenían cortes y sangraban.

La baldosa gris de la sede social tomó un color rojizo luego de la masiva riña que allí ocurrió. Esas escenas se registraron hace cuatro meses en un edificio del sur de Quito, ubicado en la Villa Flora.

Los eventos violentos son más usuales los domingos, según datos oficiales. El mayor porcentaje de homicidios y asesinatos que se reportan en el país se produce ese día.

La semana pasada, los ministerios del Interior y de Turismo modificaron los horarios para la venta de licor los domingos. La reforma se dispuso “a fin de respetar las tradiciones gastronómicas de las personas, especialmente en cuanto a las manifestaciones culturales que vinculan alimentos y bebidas”.

De esta manera, el Estado permite únicamente a restaurantes, cafeterías, locales de comida rápida, y lugares de alojamiento el expendio de licor hasta las 22:00. Antes lo hacían hasta las 16:00. En licorerías o supermercados la venta está prohibida.

En junio de 2010, cuando se decretó la restricción, el entonces ministro del Interior, Gustavo Jalkh, señaló que la medida obedecía a los altos niveles de violencia en días domingo.

Para José Luis Jaramillo, experto en seguridad y exfiscal de Pichincha, la relación que hay entre uso de alcohol y la agresividad es innegable. “Altera la conducta y la incidencia de violencia es proporcional al nivel de consumo”, apunta.

El Gobierno asocia el uso nocivo del licor con las muertes violentas, la accidentalidad vial, los abusos sexuales y las riñas.

Pero el porcentaje en la relación alcohol-violencia es mínimo, según el Gobierno. En noviembre pasado, en su revista de publicación mensual, el Ministerio de Seguridad indicó que “a pesar de tener indicadores favorables en la disminución de homicidios en los tres últimos años, en el 2013, el 6% estuvo relacionado con el consumo de licor”. Lo mismo ocurrió con los accidentes viales y las violaciones. Un 8% y un 5% del total de esos delitos respectivamente fueron vinculados a la
Las muertes violentas de taxistas conmocionan
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También se reconoce que “a pesar de las restricciones en la venta y consumo, el 31% de los homicidios reportados en el primer semestre del 2013 en la vía pública ocurrió los días domingo” y se recomienda de forma “urgente” replantear políticas, estrategias, programas y proyectos para disminuir su incidencia y mejorar la convivencia y

Jaramillo considera que la restricción a la venta de bebidas no es la única medida que se adoptó en el país para reducir los delitos. “Hay un plan integral con Policía, Fiscalía, Municipios... para bajar esos índices”.

El capitán Carlos Albán, jefe del circuito de Solanda, lideró el operativo en el edificio de la Villa Flora. “La situación era caótica”, recuerda el oficial.

Ochenta policías con 15 patrulleros llegaron para controlar la riña masiva. Encontraron casquillos de bala, cristales y puertas rotas, sangre... Albán vincula esos hechos directamente con el consumo de cervezas, vinos y otras bebidas que allí encontraron. “Con el pasar de las horas y el alcohol la gente se alteró”, decía el uniformado a la prensa aquel domingo.

Marisol Alvear vive a 10 pasos del edificio donde se registró la gresca y los ecos de la música no la dejaron dormir. Poco antes de las 06:00, el reproductor se apagó, pero empezaron los gritos. Los jóvenes decían “si no nos vamos nos pueden matar”, recuerda Alvear. Y añade que muchos salían ensangrentados y corrían hacia los autos.

Junto al edificio está la casa de Javier Chugá. Él se levantó a las 03:00 y ya no pudo volver a la cama. Vio cómo dos asistentes saltaban desesperados desde el tercer piso a los techos de las viviendas contiguas.

Las discusiones en centros de diversión nocturnos son comunes, dice un agente que participa en los controles que desarrolla la Policía y la Intendencia en estos locales. “Con los tragos hay personas que por un empujón o por que les ‘ven mal ya buscan pleitos”.

Por lo general las riñas ocurren entre desconocidos, pero en otros casos también pasa en contexto de reuniones de amigos. En agosto pasado, la dueña de una panadería halló el cadáver de su vecino en las gradas del segundo piso del inmueble, ubicado en Conocoto, en las afueras de Quito.

El joven de 22 años tenía un golpe en la cabeza y heridas de arma corto punzante en el abdomen. En la vivienda, Criminalística halló bebidas alcohólicas y tomó muestras de la sangre que había en las paredes y en el piso. Carlos Santamaría, teniente de Policía , dijo entonces que, al parecer, el ataque se perpetró mientras la víctima ingería alcohol con conocidos.

La psicóloga Jackeline Estrada considera que sí puede haber enfrentamientos graves entre amigos, pues el consumo de alcohol aflora sentimientos ocultos de rivalidad, celos, etc. Pero aclara que las discusiones que terminan en crímenes, sean estas entre amigos o desconocidos, no son comunes.

En la sede social, escenario de la riña masiva aquel domingo de febrero, ya no se ha vuelto a organizar fiestas. Cuatro meses después, en la memoria de los vecinos todavía están las imágenes de los jóvenes saltando desde las ventanas...

En contexto

La semana pasada, los ministerios del Interior y de Turismo modificaron los horarios para la venta de licor los domingos. Un informe oficial señala que, “a pesar de las restricciones”, el 31% de los homicidios reportados en la vía pública en el primer semestre del 2013 se produjo el domingo.

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