Diálogo nacional ha reunido a 28 632 participantes

Pabel Muñoz, secretario de la Senplades. Foto: Archivo El Comercio

Pabel Muñoz, secretario de la Senplades. Foto: Archivo El Comercio

Durante 15 días, el diálogo nacional del Gobierno se suspende en la Asamblea . La razón es que el Legislativo entró en un receso, que va desde el 20 de agosto hasta el 3 de septiembre. Desde el Ejecutivo, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) realizó un primer balance de los diálogos y asegura que los resultados son positivos.

En los últimos dos meses hubo 164 encuentros realizados por el Ejecutivo con 28 632 participantes y 1 767 organizaciones sociales involucradas. No obstante, esta cantidad representa cerca del 4% del total de agrupaciones que constan en el Registro Único de Organizaciones Sociales, que aglutina un total de 46 429.

Por eso Diego Salgado, del movimiento Creo, dice que el impacto del diálogo no ha sido tan importante como lo promociona el oficialismo y esto se siente en las calles por las manifestaciones ciudadanas.

Senplades empezó a sistematizar la información obtenida de esos encuentros y el próximo mes determinará si todos los sectores fueron incluidos o faltan actores para dialogar.

Hasta ahora se ha reunido con representantes de sectores indígenas, gremios de abogados, jóvenes, Policía Nacional, Fuerzas Armadas, trabajadores, educadores, empresarios…

En las conversaciones se ha hecho énfasis en los logros gubernamentales de los últimos años, las propuestas para lograr la equidad y la justicia social y el rechazo a los mecanismos de evasión tributaria.

Sobre los proyectos de herencias y plusvalía que fueron retirados temporalmente de la Asamblea, la conclusión a la que llega Senplades es que ­existe pleno respaldo ciudadano a leyes que fomentan la igualdad y que no se han encontrado actores que demuestren que las propuestas afectan a sectores de las clases media y popular.

Aunque serán el buró de Alianza País y el presidente Rafael Correa, como jefe del movimiento, quienes decidan el futuro de esta propuesta de ley.

Alberto Narváez, secretario de la Federación Médica, destacó que los médicos agremiados no fueron a esos diálogos. Dice que son de “oídos sordos”, pues sus propuestas no han sido escuchadas antes, cuando también medió el diálogo.

Ponen como ejemplo la creación de la Agencia de la Calidad de la Salud, que se acordó crearla con su participación y finalmente se hizo vía Decreto.

El prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, también recuerda que las peticiones de los sectores indígenas no han sido escuchadas, como que el sistema de Educación Intercultural permanezca bajo su administración o que la Ley de Tierras garantice una redistribución del recurso.

El líder sindical Mesías Tatamuez se refirió, en cambio, a que la eliminación del 40% del aporte estatal para las pensiones jubilares no ha sido abordada y que tampoco se han realizado los correctivos.

Si bien existe diversidad en las peticiones, los opositores coinciden en que el archivo de las enmiendas a la Constitución pondría fin a la ola de manifestaciones.

Esta responsabilidad recae en la Asamblea Nacional. El Legislativo ha registrado hasta el momento cuatro diálogos nacionales y uno regional, donde el tema de las enmiendas ha sido transversal. “En diciembre iremos a la votación”, dijo el presidente de la Comisión de Enmiendas, Juan Carlos Cassinelli, para quien el archivo no es una posibilidad.

El legislador Fausto Cayambe recordó que al regreso de la vacancia legislativa los diálogos se retomarán con fuerza. También, que fruto de los encuentros se ha llegado a acuerdos con todos los sectores.

'Promovemos una democracia radical'
Entrevista a Pabel Muñoz, secretario de la Senplades

Pabel Muñoz, secretario de la Senplades. Foto: Archivo El Comercio

 
¿Cuál es su valoración de los diálogos?

Existe una numérica y otra política. El Presidente, cuando convoca a los diálogos se activa un mecanismo de participación del Ejecutivo y del Legislativo. Sin embargo, existen diálogos que han venido de actores políticos como Alianza País, que ha desarrollado 700 encuentros.

¿Y la valoración política?

Estos mecanismos han supuesto un fortalecimiento de la democracia radical, que es -a su vez- una combinación de democracia representativa, directa y participativa. Además, el diálogo ha devuelto la política a los ciudadanos que ahora son tomados en cuenta dentro de las decisiones.

Mediante dos decretos, el Presidente hizo cambios en la Ley de Aguas y en el Decreto 16. ¿Los diálogos los motivaron?

Las reformas al Decreto 16 y al Reglamento de Aguas contienen elementos que ya los teníamos previstos y que han sido ratificados por un conjunto de organizaciones sociales, indígenas y gremiales.

Pese a su propuesta, la división política se ha radicalizado. ¿Cómo evaluar los diálogos en este ambiente?

Voy a responder con otra pregunta: ¿Qué buscan? No lo tengo claro. Estas experiencias, en otros momentos históricos y con otros actores, reflejaban que la gente que expresaba un deseo de movilización pedía al Gobierno abrir espacios de dialogo. Acá sucede todo lo contrario, el Gobierno llama al diálogo y unos sectores se niegan. No sé cuál es el punto de llegada de su
hoja de ruta, pues sus reivindicaciones han sido móviles.

Convergen en que las ­enmiendas constituciones deben ser archivadas

Van a apuntar a eso, pero a quien deben explicarle su estrategia es a los ciudadanos que han participado en el diálogo. Hemos conversado con 1 767 organizaciones sociales y aun así se los desconoce. Sabemos sus convicciones y conocen las nuestras.

Con estas posturas polarizadas, ¿terminará el diálogo sin que hayan logrado acercarse a sus opositores?

Con los sectores que han utilizado la violencia como forma de expresión nos separan principios infranqueables. Hemos puesto los principios de la democracia radical y ellos han antepuesto la movilización, la consigna y la violencia.

¿Se viene un trimestre complicado por la aprobación de las enmiendas?

Los sectores de la oposición quieren que dejemos de Gobernar en el sentido de tomar decisiones. Si la apuesta de los sectores de la dura oposición es que bajemos la guardia, que no tomemos decisiones o que se nos imponga una agenda, no va a pasar, pues fuimos elegidos con un programa de Gobierno.

¿Qué sucederá cuando el diálogo se agote?

A los ciudadanos comunes y corrientes les empiezan a molestar las expresiones de puro rechazo en la calle, pues no han logrado comunicar una agenda efectiva, querrán convulsionar al país y volveremos a tener una política activada en todos los frentes. Pero no vamos a sucumbir a un escenario de violencia.

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