Las capacitaciones a los emprendedores se desarrollan en las oficinas de ConQuito, en el sur de la ciudad. Fotos: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO
Algunos perdieron sus empleos los últimos años, tras los despidos masivos por la crisis, otros renunciaron cansados de soportar maltratos de jefes o sueldos míseros. Pero todos tienen algo en común: pasaron de ser desempleados a emprendedores.
Según el INEC, en el 2015 el 4,9% de la población económicamente activa de Quito estaba desempleado. Para el 2016, ese porcentaje subió a 9,1%, es decir, se duplicó. Al hablar de subempleo la situación es más drástica aún: pasó del 5,5% en el 2015 al 13% en el 2016.
Esas cifras marcan el escenario idóneo, según Alfonso Criollo, analista económico, para que las personas busquen en el emprendimiento una alternativa paralela a la informalidad, que también hace ebullición en épocas de crisis.
Ya no es obrera ni desempleada sino diseñadora de modas. Así es como le gusta ser llamada a Aída Limones, de 38 años, quien desde hace cinco meses confecciona vestidos para niñas. Es madre soltera, vive en la Lucha de los Pobres y hace siete años aprendió el oficio de coser. Trabajó para una fábrica y luego de ser despedida se dedicó a ofrecer sus servicios como costurera, pero el negocio no era bueno.
A veces no llegaba a ganar ni un sueldo básico. Buscó crecer y capacitarse. Acudió a ConQuito, donde recibió talleres, guías y pudo ampliar su negocio. Hoy gana USD 700 al mes.
Aída encontró en la crisis una oportunidad. Y no es la única. María Ambuludí confecciona prendas de vestir, Yicela Carranza vende cebiche de pescado y verduras, Ligia Proaño elabora manualidades… Hoy son sus propias jefas.
Esteban Hidalgo, técnico de emprendimiento de economía popular y solidaria de ConQuito (la agencia de desarrollo económico de la ciudad), asegura que en el segundo semestre del 2016 hubo un incremento aproximado del 35% en el número de personas que acudieron en busca de ayuda para generar un emprendimiento de subsistencia, porque no tienen trabajo. En lo que va del 2017 se ha incrementado un 15% adicional.
María Eudora Ambuludí confecciona prendas de vestir.
Justamente, la semana pasada se graduaron 75 emprendedores. De ellos, se eligieron 17 empresas familiares y asociaciones que esta semana arrancarán con capacitaciones intensivas y visitas técnicas para sacar adelante su negocio.
La entidad trabaja en siete ramas de apoyo al emprendimiento. Solo el año pasado ConQuito capacitó a 16 725 personas, brindó asistencia técnica a 11 535 y ayudó a desarrollar 1 304 emprendimientos.
Álvaro Jijón, coordinador del programa de empleo y capacitación, cuenta que la entidad además ayuda a encontrar empleo a jóvenes que cursan la universidad. De un universo de 20 000 jóvenes, han logrado ubicar en puestos a 8 000.
El Consejo Provincial también cuenta con un departamento destinado para capacitación y apoyo a emprendimientos, así como al desarrollo de la economía solidaria.
Alexandra Masabanda es coordinadora de los Centros de Desarrollo Económico y cuenta que hay 10 dependencias en Pichincha que se encargan de impulsar y fortalecer los emprendimientos en Calderón, Tumbaco, San Antonio, Conocoto… Además, les hacen un acompañamiento con asistencia técnica y capacitación. Son talleres teórico prácticos donde se aprende haciendo.
Durante el 2016 se beneficiaron más de 20 000 emprendedores. El presupuesto anual para la dirección de economía solidaria es de USD 900 000.
Este año y el pasado se ha trabajado en emprendimientos artesanales, sobre todo en muebles, tejidos y mazapán, en Calderón y en el cantón Mejía. En negocios gastronómicos y picanterías en Guayllabamba. En turismo comunitario en el noroccidente.
Justamente allí nació la Asociación Comunitaria de Cascada del Amor, un grupo de 18 personas que se encargan de recibir a los turistas que llegan a San Miguel de los Bancos. Les brindan alimentación y guianza. Algo similar hacen los miembros de la Asociación de servicios turísticos de Atahualpa, en Chumillos, Cayambe.
Masabanda explica que otro de los beneficios es que una vez realizada la capacitación y asistencia, hay un proceso de comercialización y se abren espacios en ferias y fiestas de cantonalización, para que las personas promocionen sus productos.
Para ella, el que hoy la Ley exija a las grandes tiendas que el 15% de los productos de percha sean de emprendedores es una ventaja.
La Cámara de Comercio de Quito también brinda capacitaciones a empresarios y emprendedores. Patricio Alarcón, presidente de la entidad, asegura que en el 2016 se capacitó a 1 200 personas y se brindó asesoría a 70 empresas. Cada vez son más -dice- quienes buscan asesoría para emprender y mantener un negocio.