Familiares trasladan una víctima desde El Matal al cementerio de Jama. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
Los cientos de cadáveres que han sido rescatados de los escombros no representan un riesgo para la salud de la población. Aunque suene contrario a la creencia, dos organismos internacionales lo confirman.
Se tratan de la OMS y la Cruz Roja Internacional (CRI). Los dos publicaron un manual sobre el tratamiento de restos mortales en caso de desastres naturales.
El documento está vigente desde el 2009 e incluso se usó, un año después, en el terremoto de Haití, que causó 316 000 víctimas mortales.
La CRI señala que los cuerpos de personas muertas en una catástrofe no causan epidemias. ¿Por qué? Porque “en una catástrofe, la gente fallece por una lesión, un incendio o por ahogo. No es probable que al morir padezca enfermedades que causan epidemias, como cólera, fiebre tifoidea, malaria o peste”.
Según los organismos internacionales, hay un “riesgo insignificante”, para la población en general. “Existe un pequeño riesgo de diarrea causada por agua potable contaminada con materia fecal de los cadáveres, pues suelen perder heces, que pueden contaminar ríos u otras fuentes de agua”.
En ese manual, la OMS y la CRI recomiendan no apresurarse para enterrarlos, pues “puede impedir la posterior identificación”. Sin embargo, sostiene que “se deberá recoger los cuerpos lo más pronto posible y evacuarlos para su posterior identificación”.